SANTOS
Y PILLOS. El Opus Dei y sus paradojas
Joan Estruch
PREFACIO
Sería probablemente harto difícil -y de escaso
interés para el lector, además- pretender reconstruir
la genealogía de este libro, remontando hasta los orígenes
remotos de la investigación en la cual se basa. Quien
haya vivido la evolución de la historia española
durante la segunda mitad del siglo XX, forzosamente se habrá
visto confrontado en repetidas ocasiones con la existencia
de una organización, mal conocida en general, rodeada
de un cierto misterio y de abundante polémica, denominada
Opus Dei. Un científico social no puede dejar de sentir
curiosidad e interés ante el carácter omnipresente
-¿o tal vez habría que decir omnilatente?- de
dicha organización. Y en el caso de que ese científico
social se dedique a la sociología de la religión,
la curiosidad tiene muchas probabilidades de convertirse algún
día en verdadera fascinación.
Pero para que ello suceda, es preciso que se dé un
factor concreto que precipite el salto, desde los nebulosos
orígenes remotos del interés por un tema hasta
sus orígenes más inmediatos. Nada más
fácil de explicar en este caso, puesto que los orígenes
"inmediatos" del presente estudio se sitúan
en unas coordenadas muy precisas, tanto en el tiempo como
en el espacio: una conversación con Peter Berger, un
soleado mediodía de invierno, en la Rambla de Catalunya
de Barcelona, a finales del año 1989. E igual que en
el párrafo anterior, cabría afirmar ahora que
si quien haya estudiado sociología durante la segunda
mitad del siglo XX necesariamente habrá tropezado con
los textos de Berger, quien se dedica a la sociología
de la religión tiene muchas probabilidades de ser discípulo
suyo.
Tal era al menos mi caso. Desde hacía muchos años
le tenía por un maestro; durante muchos años
había leído y estudiado sus libros, y hacía
muchos años que en cualquiera de mis escritos me veía
obligado a citarle repetidamente. Había traducido también
algunas de sus obras, siendo responsable -según decía
él- de "la pérdida de su virginidad en
catalán". Ello había propiciado un cierto
intercambio epistolar. Sin embargo, aquella conversación
del invierno de 1989 constituía, de hecho, nuestro
primer encuentro "cara a cara".
En su calidad de director del Institute for the Study of
Economic Culture, de la Universidad de Boston, Peter Berger
deseaba reunir información acerca de algunos posibles
aspectos originales o específicos de nuestra "cultura
económica". La mención del significativo
papel que históricamente había desempeñado
la creación, en Barcelona, de las dos primeras "escuelas
de negocios" en el proceso de renovación, dinamización
y modernización del mundo empresarial, con la particularidad
de que ambas instituciones estuvieran vinculadas a la Iglesia
católica -una a través de la Compañía
de Jesús, y otra a través del Opus Dei- fue
la chispa que desencadenó el proceso conducente a la
redacción de estas páginas.
En efecto, en mi prólogo a la edición catalana
de "La ética protestante y el espíritu
del capitalismo", de Max Weber, escribía en 1984
que del mismo modo que cabría demostrar "la relación
existente entre la ética jesuítica y el espíritu
del capitalismo, confieso que desde hace años espero
la aparición de un estudio similar -realizado evidentemente
desde las Españas- sobre la ética del Opus Dei
y el espíritu del capitalismo" (Estruch, 1984,
10). Si consideráramos esta frase como una síntesis
de lo que he llamado los "orígenes remotos"
de la investigación, la réplica de Berger -"¿y
por qué no lo haces tú, ese estudio?"-
constituye sin lugar a dudas su "origen inmediato".
Pero si efectivamente constituye su origen inmediato, ello
es debido a que la pregunta de Peter Berger, que hubiera podido
ser un mero interrogante amable y retórico, se convirtió
al momento en una pregunta-propuesta. Hasta el punto de que
aquella afirmación, clásica en todas las notas
de agradecimiento, según la cual "este estudio
no hubiese sido posible sin la ayuda de... ", en este
caso no es retórica en absoluto. El Institute for the
Study of Economic Culture aceptó incluir la presente
investigación en su programa, subvencionándola
desde el primer día. Y una vez concluido el trabajo
de lnvestigación propiamente dicho, me ha brindado
además la oportunidad de pasar un semestre en Boston,
preparando la redacción definitiva del libro y colaborando
en las actividades del Instituto.
La antigua deuda, de orden intelectual, para con mi maestro
se ha multiplicado, pues, notablemente: en buena parte por
que le debo la realización de este estudio, y, sobre
todo, porque le debo el privilegio muy especial de poder tratar
ahora a un maestro verdadero como a verdadero amigo.
Debo agradecer asimismo a la Universitat Autónoma
de Barcelona las facilidades que en todo momento me ha proporcionado
para la realización del trabajo. El personal de la
Oficina de convenios de investigación ha demostrado
ser un equipo con voluntad de poner las cosas fáciles,
bien lejos del estereotipo de la burocracia que sólo
pone trabas. Los compañeros del Departamento de sociología,
así como las autoridades académicas, me han
liberado durante mi semestre de estancia en Boston.
Por otra parte la Fundació Jaume Bofill de Barcelona
quiso, por iniciativa de su director Jordi Porta, sumarse
al proyecto y contribuir materialmente a su realización.
A todos ellos, pues, mi agradecimiento sincero.
Por primera vez al cabo de muchos años, he estado
haciendo una investigación relativamente larga y compleja
sin contar con la colaboración de Salvador Cardús.
He de reconocer que no me ha sido fácil volver a acostumbrarme
a trabajar sin él. Aun así, él fue el
primero -después de mi mujer, claro está- que
leyó el manuscrito inicial y criticó sus carencias
sin cumplidos, como debe ser.
De entre las muchas personas que de modos distintos han intervenido
en la investigación, justo es destacar a dos, aun cuando
ello suponga una cierta injusticia para con todas las demás.
Durante un año entero he contado con la ayuda de Esther
Fernández Mostaza y de Josep Verdaguer, quienes
han buscado, leído y analizado muchos montones de documentos.
De las discusiones siempre ricas con el segundo han surgido
no pocas de las hipótesis de la segunda parte del estudio.
En cuanto a la primera, su capacidad de trabajo, y de trabajo
muy bien hecho, me ha allanado considerablemente el camino
en lo que respecta a muchas de las cuestiones relativas a
los orígenes del Opus Dei y a la figura de su fundador.
Navidad de 1989 - Pascua de 1992
Joan Estruch
Centre d'Investigacions en Sociologia de la Religió
Universitat Autónoma de Barcelona
Institute for the Studv of Economic Culture
Boston University
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