CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL
OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau
MÁS DE VIDA INTERIOR
Punto 301. Un secreto. -Un secreto, a voces: estas
crisis mundiales son crisis de santos. -Dios quiere un puñado
de hombres "suyos" en cada actividad humana. -Después...
"pax Christi in regno Christi" -la paz de Cristo
en el reino de Cristo.
Contrapunto. Las crisis mundiales no son sólo
crisis de santos. Cuando hay crisis, los santos -si los hay,
como en el año de la muerte de Cristo en Palestina-
son sacrificados. No creas mucho en la paz de Cristo establecida
aquí en la Tierra. Aquí tendremos que vivir
siempre en tensión... y esto no lo podrán evitar
siquiera un puñado de "hombres de Dios" en
cada actividad humana. Entre otras cosas, porque todos los
hombres son de Dios, y fuera presunción desmedida creérselo
sólo unos cuantos. Este orgullo descabellado es bastante
para provocar una crisis de golpe y porrazo.
Punto 302. Tu Crucifijo. -Por cristiano, debieras
llevar siempre contigo tu Crucifijo. Y ponerlo sobre tu mesa
de trabajo. Y besarlo antes de darte al descanso y al despertar:
y cuando se rebele contra tu alma el pobre cuerpo, bésalo
también.
Contrapunto. Como buen cristiano, debieras quitar
el crucifijo de tanto sitios donde está sólo
como elemento decorativo... y es un escarnio. Vale mucho más
que te sientas modesta pero vitalmente entregado en su sacrificio
salvador.
Punto 303. Pierde el miedo a llamar al Señor
por su nombre -Jesús- y a decirle que le quieres.
Contrapunto. Respeta estas formas de religiosidad
para las que Jesús es en gran parte una palabra mítica,
devocional y enajenante, pero no las compartas.
Punto 304. Procura lograr diariamente unos minutos
de esa bendita soledad que tanta falta hace para tener en
marcha la vida interior.
Contrapunto. La vida lleva consigo la soledad. ¡Cuánta
gente sola en medio de una ciudad populosa o de una aldea
diminuta, luchando con el vacío de su soledad! Procura
compartir comunitariamente tu vida civil y religiosa.
Punto 305. Me has escrito: "La sencillez es
como la sal de la perfección. Y es lo que a mí
me falta. Quiero lograrla, con la ayuda de El y de usted."
-Ni la de El ni la mía te faltará. -Pon los
medios.
Contrapunto. ¿Quieres un medio para lograr
la sencillez? Pon al desnudo tu orgullo y tu vanidad. Si te
respetan es por tu dinero, que necesitan, o por tu poder,
que temen, y no porque valgas un real, melón. ¿No
ves que la gente, en el fondo, te está tomando el pelo?
Punto 306. Que la vida del hombre sobre la tierra
es milicia, lo dijo Job hace muchos siglos. -Todavía
hay comodones que no se han enterado.
Contrapunto. Hay gentes -pobre gente- que creyéndose
sondeadores de interioridades humanas todavía no han
descubierto que en el corazón del hombre existen unas
ansias profundas de paz, y hablan constantemente de guerra,
citando frases del Antiguo Testamento.
Punto 307. Ese modo sobrenatural de proceder es
una verdadera táctica militar. -Sostienes la guerra
-las luchas diarias de tu vida interior- en posiciones, que
colocas lejos de los muros capitales de tu fortaleza. Y el
enemigo acude allí: a tu pequeña mortificación,
a tu oración habitual, a tu trabajo ordenado, a tu
plan de vida: y es difícil que llegue a acercarse hasta
los torreones, flacos para el asalto, de tu castillo. -Y si
llega, llega sin eficacia.
Contrapunto. En tu marcha hacia la perfección
no emplees método alguno que pueda tener paralelo con
la táctica. Todo lo que está tocado de militarismo
se deshace humana y cristianamente. La guerra intenta destruir
el alma con un mal mayor todavía. Y el cristiano ha
de vencer el mal con la sobreabundancia de bien. Como puedes
ver, son métodos tan iguales, que no se parecen en
nada.
Punto 308. Me escribes y copio: "Mi gozo y
mi paz. Nunca podré tener verdadera alegría
si no tengo paz. ¿Y qué es la paz? La paz es
algo muy relacionado con la guerra. La paz es consecuencia
de la victoria. La paz exige de mí una continua lucha,
sin lucha no podré tener paz".
Contrapunto. Aún hay insensatos -cristianos
también-, que afirman con desenfado que la paz es consecuencia
de la victoria, algo muy relacionado con la guerra. ¿Es
que no habrán leído nunca que la paz es sólo
"obra de la justicia"? ¿ Cómo es posible
que la paz sea el resultado de matanzas atroces y de la derrota
de alguien? Nada más lejos de la paz que la victoria
o la derrota.
Punto 309. Mira qué entrañas de misericordia
tiene la justicia de Dios! -Porque en los juicios humanos,
se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona.
Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia!
Contrapunto. Mira -otra vez- qué paradoja:
el justo siempre lleva las de perder, no se salva ni uno ni
medio. Ni Cristo. En cambio, ladrones y asesinos -a veces
son la gente "honorable"- se piran muchas veces
de la justicia.
Punto 310. "Induimini Dominum Jesum Christum"
-revestíos de Nuestro Señor Jesucristo, decía
San Pablo a los Romanos. -En el Sacramento de la Penitencia
es donde tú y yo nos revestimos de Jesucristo y de
sus merecimientos.
Contrapunto. "Revestíos de Nuestro Señor
Jesucristo", decía san Pablo a los romanos. "Cuando
visitabais a los presos, a Mí me visitabais, cuando
dabais una gota de agua, a Mí me lo dabais" ¿Estás
en condiciones de revestirte de Cristo y de necesitar que
te lleven de comer y beber? ¿Estás en condiciones
de humillarte, de ir, incluso, a la cárcel?
Punto 311. La guerra! -La guerra tiene una finalidad
sobrenatural -me dices- desconocida para el mundo: la guerra
ha sido para nosotros... -La guerra es el obstáculo
máximo del camino fácil. -Pero tendremos, al
final, que amarla, como el religioso debe amar sus disciplinas.
Contrapunto. La guerra es la destrucción de
todos los valores humanos, no digamos de los cristianos. Quien
diga que la guerra tiene una finalidad sobrenatural es un
inconsciente y representa un peligro público para la
sociedad eclesial y para la civil. Estos tipos han confundido
los términos. La verdad no se puede defender matando
sino muriendo, que es totalmente diferente.
Punto 312. Poder de tu nombre, Señor! -Encabecé
mi carta, como suelo: "Jesús te me guarde".-Y
me escriben: "El Jesús te me guarde! de su carta
ya me ha servido para librarme de una buena. Que El les guarde
también a todos".
Contrapunto. Ocurría en un pueblecito de España:
cuando el altavoz del campanario lanzaba sobre los tejados
y hacía entrar por las ventanas el "Dios te salve
María", algunos de sus habitantes comenzaban a
protestar. Vive tu fe, que tus actos la hagan visible. Pero
no hagas ostentación de ella. Podrías desprestigiarla.
Punto 313. "Ya que el Señor me ayuda
con su acostumbrada generosidad, procuraré corresponder
con un "afinamiento" de mis modos", me dijiste.
-Y yo no tuve nada que añadir.
Contrapunto. Cuando los negocios te vayan bien, haz
el favor de no pensar que el Señor te ayuda con su
acostumbrada generosidad. No lo hagas cómplice de tus
intereses y egoísmos. Habría mucho que decir
aquí.
Punto 314. Te escribí, y te decía:
"me apoyo en ti: tu verás qué hacemos...!"
- Qué íbamos a hacer, sino apoyarnos en el Otro!
Contrapunto. No pienses que puedes conectar con Dios
directamente. A Dios lo encontrarás de verdad apoyándote
en tus hermanos -"Donde hay dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos"-, no
prescindiendo de ellos como si tuvieras hilo directo con Dios.
Punto 315. Misionero. -Sueñas con ser misionero.
Tienes vibraciones a lo Xavier: y quieres conquistar para
Cristo un imperio. -¿El Japón, China, la India,
Rusia..., los pueblos fríos del norte de Europa, o
América, o Africa, o Australia? -Fomenta esos incendios
en tu corazón, esas hambres de almas. Pero no me olvides
que eres más misionero "obedeciendo". Lejos
geográficamente de esos campos de apostolado, trabajas
"aquí" y "allí": ¿no
sientes - como Xavier!- el brazo cansado después de
administrar a tantos el bautismo?
Contrapunto. ¡Misionero! Las cosas han cambiado.
El estado de cristiandad ha desaparecido. Los sacerdotes ya
no pueden dividirse en escogidos y enviados. Unos esperando
a los feligreses en el templo y otros predicando en los países
extranjeros. Ha llegado la hora de que la Iglesia entera tome
una actitud de misión y pierda su ancestral redentorismo.
España no es menos un país de misión
que otro cualquiera del mundo.
Punto 316. Me dices que sí, que quieres.
-Bien, pero ¿quieres como un avaro quiere su oro, como
una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores
o como un pobrecito sensual su placer? -¿No? -Entonces
no quieres.
Contrapunto. El querer humano no es como una bala
disparada; tiene retroceso de desánimo y frenazos de
duda. Sólo los locos son rectilíneos: el avaro
por el dinero; el sensual por el placer; el ambicioso por
los honores. Los momentos de desilusión son normales.
Piensa que continúas "queriendo", a pesar
de los desánimos.
Punto 317. Qué afán ponen los hombres
en sus asuntos terrenos!: ilusiones de honores, ambición
de riquezas, preocupaciones de sensualidad. -Ellos y ellas,
ricos y pobres, viejos y hombres maduros y jóvenes
y aun niños: todos igual. -Cuando tú y yo pongamos
el mismo afán en los asuntos de nuestra alma tendremos
una fe viva y operativa: y no habrá obstáculo
que no venzamos en nuestras empresas de apostolado.
Contrapunto. Si es cierto que gran número de
personas, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, ricos
y pobres, se entretienen tontamente con nonadas, no lo es
menos que grandes multitudes tienen el corazón abierto
a la esperanza y alimentan, a contracorriente de las bienaventuranzas
oficiales, grandes ideales de verdad y de justicia. Éstos
son más que aquéllos; si no, el mundo. No marcharía
adelante. Cuando te encuentres cercado de memos y de lerdos,
continúas no estando solo contra la mentecatería
reinante. Desde el Vietnam a Alabama; pasando por eL Congo
y por París, el fuego rabioso de unas calorías
vitales mantiene y robustece tu fe en los hombres y
en Dios.
Punto 318. Para ti, que eres deportista, qué
buena razón es esta del Apóstol!: "Nescitis
quod ii qui in stadio currunt omnes quidem currunt, sed unus
accipit bravium? Sic currite ut comprehendatis" -¿No
sabéis que los que corren en el estadio, aunque todos
corren, uno sólo se lleva el premio? Corred de tal
manera que le ganéis.
Contrapunto. Para el buen deportista lo de menos es
ganar. Lo . importante es poner en juego todas las posibilidades
de una manera limpia. He aquí el camino de tu ascenso
hacia Dios. No se trata de descalificar olímpicamente
a los menos dotados, sino de poner en juego el talento de
cada uno. Las cosas realmente grandes están al alcance
de todas las fuerzas, no sólo de los superdotados.
No te consideres nunca primero delante de Dios. Serías
un necio.
Punto 319. Recógete. -Busca a Dios en ti
y escúchale.
Contrapunto. Ábrete a los cuatro vientos. Busca
a Dios por todos los parajes. Está en todas partes.
¿Puedes ser más libre?
Punto 320. Fomenta esos pensamientos nobles, esos
santos deseos incipientes... -Un chispazo puede dar lugar
a una hoguera.
Contrapunto. Te extraña tener pensamientos
innobles y deseos inconfesables? Es. muy posible que de ellos
salga -como del estiércol- el calor de una nueva vida.
Oye, ¿has oído hablar de Carlos de Foucauld?
Punto 321. Alma de apóstol: esa intimidad
de Jesús contigo, tan cerca de El, tantos años!,
¿no te dice nada?
Contrapunto. Me dice más mi vida marginada
de Cristo vivo dentro de la Historia que mis intimidades con
Él durante muchos años.
Punto 322. Es verdad que a nuestro Sagrario le
llamo siempre Betania... -Hazte amigo de los amigos del Maestro:
Lázaro, Marta, María. -Y después ya no
me preguntarás por qué llamo Betania a nuestro
Sagrario.
Contrapunto. Esta bendita manía de poner nombres
evangélicos -Betania, Nazaret, etc.- a lugares concretos,
si es por un lado prueba de una voluntad de ser plenamente
cristiano, es por otra la confesión de una verdadera
pequeñez evangélica. Se quiere llenar con palabras
el vacío de contenido. ¡Ojo!
Punto 323. Tú sabes que hay "consejos
evangélicos". Seguirlos es una finura de amor.
-Dicen que es camino de pocos. -A veces, pienso que podría
ser camino de muchos.
Contrapunto. Los consejos evangélicos -contra
la opinión de mucha gente pía- no son para unos
escogidos, ni para todos y cada uno. Hasta para ti y para
mí, que nos sentimos rebotados de los sacros cenáculos
de la virtud oficial.
Punto 324. "Quia hic homo coepit aedificare
et non potuit consummare!" -comenzó a edificar
y no pudo terminar! Triste comentario, que, si no quieres,
no se hará de ti: porque tienes todos los medios para
coronar el edificio de tu santificación: la gracia
de Dios y tu voluntad.
Contrapunto. "Comenzó a edificar y no
pudo rematar". En verdad, que es un triste comentario.
La pena es que no hay ni uno que no se lo merezca. Los que
se ven retratados por él son precisamente los más
santos. No pierdas de vista tu debilidad, no vaya Dios a huir
de tu vida.
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