HIJOS EN EL OPUS DEI
Javier Ropero
8. AUTOPROGRAMACIÓN
versus AUTODESARROLLO
Aunque indudablemente el ser humano no es ni mucho menos
un ordenador, sí ha sido el creador de estas sofisticadas
máquinas. Al igual que la obra de cualquier artista
refleja la manera de ser del mismo, las características
de la mente humana se vislumbran en el funcionamiento de los
computadores. Del mismo modo que programamos estos aparatos
para que nos sean útiles, todos nosotros tenemos la
responsabilidad de ir incorporando en nosotros mismos aquellos
"programas" que nos sean beneficiosos. Cuando vinimos
al mundo no teníamos un programa de instrucciones que
nos dijese cómo habíamos de comportarnos. Durante
muchos años nuestros mayores trataron de ayudarnos
en esta tarea, pero a pesar de todo es posible que accedieran
a nuestras mentes muchos datos espúreos e incluso perjudiciales
para nuestra propia felicidad y plenitud. Como diría
Anthony de Mello:
Mi cerebro ha sido programado de manera que ciertas cosas
le parezcan agradables y otras desagradables, y él
sigue ciegamente el programa cibernético. Se alegra
cuando tiene que alegrarse, cuando la cinta del ordenador
le dice que se alegre, y se apena cuando le dice que tiene
que apenarse. Obedece al programa como el robot más
fiel. (Carlos G. Vallé S. J.: "Ligero de equipaje;
Toni de Mello, un profeta para nuestro tiempo", Santander,
1987, Editorial Sal Terrae, pág. 65.)
Por eso, vuelvo a repetir, todos deberíamos esforzarnos
por conocer el contenido de nuestra programación, nuestro
software, e intentar actualizarla responsabilizándonos
de la creación de nuestro propio mundo interior. Aplicando
estas ideas al caso del Opus Dei, toda persona que se acerque
a esta institución, e incluso aquella que ya pertenece
a la misma, debería conocer de antemano en qué
consiste la ideología opusdeísta para incorporarla
o no, libremente, a su particular software. En otro caso,
estos contenidos ideológicos se irán introduciendo
subrepticiamente, sin que el individuo lo desee, de manera
paulatina y sutil en su universo mental. Estas ideas rígidas
y estereotipadas que, a su vez, bloquean al individuo el acceso
a otras fuentes de información provoca en la persona
tensión, angustia e incluso afecciones que exigen tratamiento
psiquiátrico.
Personalmente, conozco a varios numerarios que dejaron la
institución, o les instaron los directores a abandonarla,
por causa de trastornos psíquicos. Un íntimo
amigo que sufrió una "conversión"
repentina al Opus llegó a intentar suicidarse.
Es llamativo cómo aproximadamente siete de cada diez
jóvenes que ingresan en la Obra la abandonan al cabo
de unos años. De ellos, una alta proporción
no querrán oír hablar más de religión,
otros querrán recuperar el "tiempo perdido"
entregándose a la promiscuidad o a la diversión;
sólo unos pocos asumirán conscientemente la
laboriosa e incluso dolorosa tarea de su reconstrucción
personal que puede llegar a durar años. Algunos de
estos últimos acudirán al psiquiatra o intentarán
asesorarse por personas de confianza (actualmente existen
varios psiquiatras especializados en rehabilitar jóvenes
captados por el Opus Dei). Otros de ellos buscarán
una orientación a través de la lectura de libros
de filosofía, religión o psicología.
De los ex numerarios hablaremos más profundamente en
el capítulo titulado "Evolución hacia una
madurez psicológica en los ex miembros" y allí
recomendaremos algunos libros que les pueden ser útiles.
En relación con el tema que nos incumbe he extraído
el siguiente texto de uno de estos libros:
Todo sufrimiento viene del cerebro programado. No echéis
a nadie la culpa de él ni os echéis la culpa
a vosotros mismos. Es sólo la maquinaria que lleváis
dentro la que está mal ajustada y hay qué
volver a ajustarla suavemente. Observadla sin cesar. Desenmascarad
vuestras falsas ilusiones. Poned todo en tela de juicio.
Haced vuestro trabajo. Nadie lo hará por vosotros,
y nadie quiere hacerlo por sí mismo. Por eso la humanidad
continúa sufriendo. Es trabajo duro que requiere
introspección, reflexión, honestidad, tiempo
y valor. Y más que nada perseverancia. No es trabajo
de un día. (Carlos G. Vallé S. J.: "Ligero
de equipaje; Toni de Mello, un profeta para nuestro tiempo",
Santander, 1987, Editorial Sal Terrae, pág. 72.)
A lo largo de los siguientes capítulos pasaré
a analizar diversos contenidos ideológicos del Opus
Dei para que así podamos ayudar a nuestros jóvenes.
Aparte de enunciarlos me atrevo a indicar mis propias ideas
y experiencias en relación con ellos para que la persona
que, tras salir de la Obra, desee asumir la empresa de su
reconstrucción personal pueda encontrar caminos alternativos.
Espero que las siguientes páginas sirvan tanto a los
padres de los socios del Opus como a quienes han abandonado
la Obra y buscan una orientación, aquellos de los cuales
el fundador decía:
El que se va de la Obra se sale de la barca. Se va a la
oscuridad, al abismo. No doy por su alma ni cinco céntimos.
(Cfr. María Angustias Moreno: El
Opus Dei. Anexo a una historia, Barcelona, 1976, Planeta.)
Arriba
Anterior - Siguiente
Volver
a Libros silenciados
Ir a la página
principal
|