LA
DEVOCIÓN ES LIBRE
-La canonización de Escrivá, como sucedió
con la beatificación, plantea cuestiones diversas,
que es preciso abordar. Asimismo, conviene aclarar términos,
así como reflexionar sobre algunos datos al respecto,
viejos o nuevos.
-Según el Diccionario de Teología de L. Bouyer,
la beatificación es la admisión por parte de
la Iglesia del hecho de que una persona muerta en olor de
santidad pueda ser considerada como bienaventurada y, por
ello, ser objeto de devoción al menos local. La canonización
es el acto solemne por el que la Iglesia, en una
sentencia definitiva, inscribe en el catálogo de los
santos a un siervo de Dios. La canonización, que no
fue durante mucho tiempo más que una beatificación
extendida de hecho a la Iglesia universal, ha sido desde el
siglo XII, por lo menos, reservada en principio a los soberanos
pontífices.
-Según el canon 2050 del antiguo Código de
Derecho Canónico (1917), la fama de santidad
debe ser espontánea, no procurada por arte o diligencia
humana, proveniente de personas graves y honestas.
Esta legislación ha sido sustituida por otra que omite
dichas alusiones. Sin embargo, como dice el canon 21 del nuevo
Código de Derecho Canónico (1983), según
los casos, las leyes posteriores se han de comparar
y en la medida de lo posible conciliar con las anteriores.
-Con fecha 12-5-1981 se inicia en Roma el proceso de beatificación
de Escrivá. Con este motivo publica un edicto el cardenal
Poletti en el que recuerda a todos los fieles eclesiásticos,
clérigos o laicos, que el Código de
Derecho Canónico impone la obligación de darnos
noticias de todo aquello que pueda brindarnos argumentos contra
la fama de santidad del mismo siervo de Dios.
-Con fecha 18-5-1981 se traslada el proceso a Madrid, para
lo que se constituye el tribunal correspondiente, sin que
en este caso fuera elegido, como es norma, por el propio obispo
de la diócesis, sino que llegó determinado desde
Roma, actuando el cardenal Tarancón sólo como
delegado.
-En carta de 1-11-1981 el cardenal Tarancón reconoció
a María Angustias Moreno que el proceso de beatificación
de Escrivá fue algo que le vino impuesto: Efectivamente,
escribió el cardenal, yo he abierto ese proceso por
mandato de la Santa Sede, se explica que
se haya hecho, con una rapidez realmente inusitada, por razones
que no son del caso (M.A. Moreno, El Opus Dei. Creencias
y controversias sobre la canonización de monseñor
Escrivá, Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1992, 95-96
y 101).
-José María Escrivá se hizo llamar el
Padre. En realidad, se llamaba José María
Escriba. Se cambió el apellido. Le venía de
nacimiento, pero deslucía su imagen. Además,
dejaba al descubierto la gran operación, el gran asalto
del Opus: hacerse por todos los medios (jurídicos,
económicos, políticos) con el control de la
Iglesia. No se trata ya de las cátedras universitarias
españolas, ahora es la cátedra de Pedro, vieja
operación conocida y denunciada en el Evangelio.
-Jesús Ynfante, en su libro titulado El
santo fundador del Opus Dei (Ed. Crítica, Barcelona,
2002) aporta nuevos datos referidos a la vida y milagros de
Escrivá. Veamos uno a propósito del milagro
aducido en el proceso de beatificación. La monja carmelita
Concepción Boullón Rubio habría sido
curada de un cáncer por intercesión de Escrivá.
Sin embargo, el análisis con microscopio mostró
que no era un tumor sino una calcificación consistente
en la infiltración o depósito de sales cálcicas
en zonas del tejido conjuntivo subcutáneo.
Además, resulta que Rafael Cortesini, el médico
encargado de certificar el milagro, es del Opus.
-Ahora, en el proceso de canonización, uno de los
supuestos milagros es el caso de un niño de seis años,
que padecía una alta tensión arterial debido
a un estrechamiento de la arteria renal derecha. Pues bien,
el jefe de nefrología infantil del hospital donde fue
tratado atribuye la curación a los efectos de un acertado
tratamiento farmacológico.
-Otro pretendido milagro es el caso de un cirujano de Extremadura,
Manuel Nevado Rey, aquejado de radiodermitis crónica
grave, ya jubilado. Según afirma un colega
suyo, el cirujano no ha vuelto a tener problemas de piel desde
que dejó de operar y de usar sin guantes los rayos
X.
-Otros datos son más graves y preocupantes. Un estudiante
de la residencia de Escrivá (Derecho y Arquitectura)
participó en el intento de asesinato de Jiménez
de Asúa, abogado socialista, vicepresidente del parlamento
de la República y uno de los autores de la Constitución.
Posteriormente, en las semanas anteriores al 18 de julio de
1936 cayó asesinado el juez que había condenado
a 25 años de cárcel a uno de los autores del
atentado, mientras que uno de sus cómplices, el estudiante
de la residencia de Escrivá, logró
esconderse de la policía (Fisac, Moncada).
-Escrivá pasó en Burgos los últimos
meses de la guerra civil española, de la que se siente
y es notorio beneficiario. Dice en su libro Camino, que terminó
de escribir en el Hotel Sabadell, donde estaba instalado el
estado mayor de las tropas franquistas: La guerra
tiene una finalidad sobrenatural me dices- desconocida
para el mundo: la guerra ha sido para nosotros... La guerra
es el obstáculo máximo del camino fácil.
Pero tendremos, al final, que amarla, como el religioso debe
amar sus disciplinas (n. 311). Una imagen vale por
mil palabras: Escrivá entró en el recién
conquistado Madrid, el 28 de marzo de 1939, a bordo de un
camión militar con la primera columna de avituallamiento
de las tropas de Franco.
-María Angustias Moreno, que durante años fue
miembro de la Obra, denuncia haber sido calumniada: Porque
se me ocurrió escribir un libro en el que contaba mi
experiencia personal... no encontraron mejor fórmula
para defender su prestigio que el de organizar contra mí
una importante calumnia para la que desplegaron a un grupo
de sus sacerdotes (M.A. Moreno, La
otra cara del Opus Dei). Asimismo María del Carmen
Tapia, que durante cinco años fue secretaria personal
de Escrivá, denuncia que en el proceso fue calumniada
de horrenda depravación: No es
cristiano que para evitar que una persona pueda testimoniar
en el proceso de monseñor Escrivá, se valgan
de la calumnia y la difamación (M.C. Tapia,
Tras el umbral.
Una vida en el Opus Dei, Ed. B, Barcelona, 1992, 453-454).
-Es preciso pensar qué es lo que se canoniza. Nadie
lo hubiera creído entonces. Escrivá fue el exponente
de un tipo de catolicismo español, que había
sido superado por el Concilio y que perdía poder con
la muerte de Franco. ¿Es su figura modelo para los
creyentes de hoy? Responde el teólogo González
de Cardedal: Muchos creen que no. Porque es el exponente
máximo de una fase del catolicismo español,
gracias a Dios, superado por impulso del Concilio, porque
él siguió pensando la afirmación del
evangelio mediante el poder y la extensión de la Iglesia
por los caminos del Estado (Diario 16, 17-5-1992).
Afirma también el teólogo: En la Iglesia
un santo no lo es todo, ni está nadie obligado a venerarlo.
Dicho de otro modo, la devoción es libre. Ahí
está el famoso refrán que dice: Este santo no
es de mi devoción.
-Sobre la cuestión de saber si la persona canonizada
goza de hecho de la beatitud celestial, no parece que se pueda
tener más que una certidumbre de fe eclesiástica
(santo Tomás de Aquino, Quodlibet IX, q.8, a.16, y
Benedicto XIV, De servorum Dei beatificatione et beatorum
canonizatione, Roma 1747).
-Hasta la fecha, en veinte siglos de historia, han sido canonizados
764 santos, de los que 468 han sido proclamados por Juan Pablo
II (Vida Nueva, 12-10-2002). Según dice el Concilio
Vaticano II, las fiestas de los santos proclaman
las maravillas de Cristo en sus seguidores y proponen ejemplos
oportunos a la imitación de los fieles. Ahora
bien, para que las fiestas de los santos no prevalezcan
sobre los misterios de la salvación, déjese
la celebración de muchas de ellas a las iglesias particulares,
naciones o familias religiosas, extendiendo a toda la Iglesia
sólo aquellas que recuerden a santos de importancia
realmente universal (SC 111).
-Cuando el 26 de febrero pasado se dio a conocer la fecha
de la canonización de Escrivá, en todas las
iglesias se leía este pasaje del Evangelio: En la
cátedra de Moisés se han sentado los escribas
y fariseos... atan cargas pesadas en las espaldas de la gente...
no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra (Mt
23,1-12). Ciertamente, llama la atención.
Recogido de http://www.comayala.es/catequesis/devocionlibre.htm
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