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OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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Autor: Satur

1. Josecar anda erre que erre... (4-3-2004)
2. ¿Qué has hecho del pasado?... (20-3-2004)
3. Se ha escrito esta semana sobre temas... (4-4-2004)
4. Esta Semana Santa coincidimos La Piedra y yo... (11-4-2004)
5. Muy buena la anécdota de Salomé... (20-4-2004)
6. Sigamos con más anécdotas... (5-5-2004)
6. Asomarte a los orejas es... (9-5-2004)
7. Quizá sean las frases más citadas... (16-5-2004)
8. Sigamos con más anérdotas... (23-5-2004)
9. ¡¡¡Más anérdotas!!!... (30-5-2004)
10. Hanibal Lecter a su lado era una catequista ... (5-6-2004)
11. La Piedra, antes de ir a trabajar... (13-6-2004)
12. De cómo salvé de morir quemada a una agregada (28-6-2004)
13. De cómo salvé también de morir abrasada a una hermosísima chica de san Rafael (5-7-2004)
14. Anercdotones de noches de verano (11-7-2004)
15. ¡Venga ya, hombre! (16-7-2004)
16. Oye, Ferrán... (25-7-2004)
17. Llama muchísimo la atención (9-8-2004)
18. Un tipo muy enamoradizo (16-8-2004)
19. La cosa sexual (23-8-2004)
20. Regreso de un viaje profesional... (27-8-2004)
21. Me cita Josercar en un asunto... (6-9-2004)
22. Nos escribió Conchita Regojo (10-9-2004)
23. Creo que Tomás no insulta en su escrito (12-9-2004)
24. Pillaste, Josecar (21-9-2004)
25. ¡¡¡Vaya la que se ha armado con Josecar!!! (1-10-2004)
26. En la opus se anima con machacona repetición (13-10-2004)
27. Al sobrecogedor relato de María Cristina... (17-10-2004)
28. En la última correspondencia de Pentium... (24-10-2004)
29. Hace una mañana lluviosa y fría (31-10-2004)
30. ¡Ayyyy la política! (7-11-2004)
31. Más anécdotas (Última entrega 19-11-2004)



Oye, Ferrán, eso de llamar a Juan Pablo II, a Juan Pablo I, a Paulo VI y a Juan XXIII "personajillos de poca talla y competencia" no me parece bien. Nada de ironías. Son Papas y merecen un respeto, aunque uno fuera gordo y cuando se reía se le movía la tripota así, como de arriba abajo cuando el santo le decía "yo de usted no he aprendido el ecumenismo" (aunque la pregunta es, ¿aprendiste algo de alguien, majete?); y otro sospechaba que San Pío de Pietralcina era un liante (Juan Pablo I: ver biografía del Padre Pío en la Editorial Palabra), y otro no recibió a San Josemaría durante años y el mismo santo dijo de él, de sus secretarios y cardenales cosas que la pluma no puede, no debe reflejar (el que haya escuchado las tertulias de L.F.M.S., que asistió al Vaticano II como secretario de un cardenal aragonés y donde con un puñado de selectos asistentes al mismo tenían tertulias donde el santo les decía sobre Benelli, por ejemplo, que era un "sifilítico" (sic)... el que haya asistido a esas tertulias, digo, sabe lo que escribo... bueno, pues a pesar de eso, de personajillos nada.

Otra cosa es que, como cualquier persona con altas responsabilidades religiosas, políticas o aristocráticas, tienen su biografía repleta de textos como los que señalas: auténticos ladrillos glosando tal o cual figura, por motivo de homenajes, canonizaciones, jubilaciones, fallecimiento o incluso muerte. Todas son de "herramientas", "cortar" y "pegar". Más o menos de celofán, más o menos encendidas, más o menos laudatorias. Si el homenajeado es un notas, tipo beatificación del Gitano Ríííchal, el de la fregoneeeta, pues se dice algo asín como "En las palabras del Ríííchal hemos advertido la vibración del espíritu encendido y generoso de la etnia gitana, nacida en este tiempo nuestro como expresión de la perenne juventud de la Iglesia (...). Consideramos con paterna satisfacción cuanto el Ríííchai ha realizado y realiza por el Reino de Dios; el deseo de hacer el bien, que lo guía; el amor encendido a la Iglesia y a su Cabeza visible, que lo distingue; el celo ardiente por las almas, que lo empuja hacia los arduos y difíciles caminos del apostolado de presencia y de testimonio en el Carreful con su fregoneta". (Carta manuscrita al párroco del barrio de Los Palominos). Y a por otra cosa, mariposa.

Si es un personaje que se presenta con coros, miles de tribus con kit de canonización- abanico, silla, parasol, misal, gorra y disident- pues se le dan un poco más de incienso, loa y pomposidad: ¡¡¡LAUDAT JERUSALEM!!!.

En la carta de contestación que Don Fernando, de parte de Don Álvaro, le envía a Topex hay un momento de esos de "cortar y pegar", cuando le escribe "El Padre se apoya en ti, en tu oración, en tu trabajo santificado y en la labor apostólica que realizas. Continúa encomendado sus intenciones."... Porque no tendría tiempo aquel día Don Fernando, pero podría seguir escribiendo "en tu deseo de hacer el bien, que te guía; el amor encendido a la Iglesia y a su Cabeza visible, que te distingue; el celo ardiente por las almas, que te empuja hacia los arduos y difíciles caminos del apostolado de presencia allá donde estuvieres doquier".

En fin, algo se ha mejorado. Mejor eso que no lo de Bonifacio VIII: "prefiero ser un perro que un francés". Muy diplomático, Boni. O Sixto V que comisionó a cuatro reconocidos arquitectos la reparación del puente: "Fabricio", que une la única isla del Tiber, con tierra firme. Durante el trabajo, los arquitectos reñían constantemente, por celos profesionales. Sixto estuvo disgustado con su actitud, todo el tiempo. Al terminar la obra, los cuatro constructores fueron castigados.

El Papa mandó que los decapitaran, en el mismo puente.

Mandó esculpir en piedra, la efigie de los cuatro pendencieros arquitectos. Y colocarla en cada esquina del puente. Ahora ese lugar es llamado: "Puente de las cuatro cabezas".

Los constructores que trabajaron para el Papa en adelante, ya no sintieron celos profesionales. Cero de celos delante del Papa. Por eso, a Sixto V, se le considera como: "El santo patrón de los constructores." ¡¡¡Qué majete el Sixto!!!

En la edición en idioma español de L'Osservatore Romano, de fecha 16 de agosto de 1996 se lee la siguiente bendición Apostólica.

"Saludo, cordialmente, a las personas de lengua española que están presentes aquí, especialmente a las religiosas de la Congregación de 'Santa Teresa de Jesús' y LOS GRUPOS ESPIRITUALES DE LA 'VERDADERA VIDA EN DIOS'. Les deseo a todos ellos un verano espiritual que les ayude a reafirmar su promesa Cristiana, para que su generosa respuesta a Dios pueda ser testigo de Su Amor en el mundo. Les doy, con afecto y para todos sus seres queridos, la bendición Apostólica".

¿Quiénes son los GRUPOS ESPIRITUALES DE LA VERDADERA VIDA EN DIOS que son tan generosos en sus respuestas a Dios?, pues son unos grupos fundados por una señora que se llama Vassula, vidente muy conocida. A ésta Jesús le coge la mano y escribe por ella; una de sus obras más conocidas es la Verdadera Vida en Dios. Vassula es ortodoxa, no católica. Además su biografía es algo chocante para una mentalidad como conservadora, pues en 1966 se casa por la Iglesia Ortodoxa, unión de la cual nacen dos hijos. En 1980 se divorcia y 6 meses más tarde, el 13 de julio de 1981 se casa con Per Ryden, luterano sueco que es su actual esposo. Es en esta situación cuando empiezan las manifestaciones místicas. O sea, que es ortodoxa, se divorcia a los catorce años de matrimonio, con dos criaturas, y se ajunta con un luterano en seis meses y, encima, sueco. Y luego, venga, a manifestarse Jesucristo con las manos de Vassula escribiendo a troche y moche... ¡Hombre, podía haberse manifestado con una persona un pelín más normal, o más de perfil tipo como una pastorcita, una monjita o una agregada viuda, por ejemplo.

Vassula también tiene Bendición del Santo Padre, Ferrán. Narra un sacerdote católico que le entregó al Papa el libro de Vassulla y le comentó: "Ella se lo dedicó a usted". Con un cálido y sincero interés, el Papa miró el libro, lo abrió y vio el saludo de Vassula y luego, dijo: "Gott segne sie": "Que Dios la bendiga". Hizo la Señal de la Cruz sobre el libro. Después, se lo entregó a Monseñor Mietec, quien recoge los regalos, para que el Santo Padre los vea, después de la audiencia. 14 de febrero de 1998".

Bueno, eso es lo que se piensa él, para mi que el tal Monseñor Mietec, nada más terminada la audencia, lanzó el libro por la ventana a la piazza del Vaticano: dijo "por el Papa, por la Iglesia y por sus vinos... ¡¡¡a tomal pol saco el libro!!!". Y lo tiró.

Ya ves como está el patio. Vamos que, aunque la Iglesia no me obliga, a mi y a ningún católico, a dirigirme a determinados santos o a hacer de esas figuras una parte importante de mi fe -la Iglesia permite el culto pero no lo impone-, pues entre Vassula y San Josemaría me quedo con San Josemaría. A mi eso de que las manos se muevan solas me da mucho yuyu. Le pasa a La Piedra y me da algo: me hago pastor luterano sueco de Arriba del Norte.

Una más, Ferrán. Te envío un prospecto de un nuevo juego que ha salido a la venta. Se llama "Ego Sum". Puede ser una buena idea para que se haga con San Josemaría, o los futuros santos de la prelatura, que se contarán por miles. Se trata el "Ego Sum" de un videojuego para que los niños busquen a Jesús en la Palestina del año 30. Y continúa.

"Ego Sum es un juego de aventura gráfica en tres dimensiones, del tipo "entrar en sitios, explorar lugares, hablar con personajes, coger objetos". El Papa Juan Pablo II ha otorgado una bendición a quienes se aventuren a jugar una partida. Los niños que jueguen a Ego Sum, entre 7 a 14 años, se identificarán con su protagonista, un chaval que, después de un concierto del grupo católico Arca de Noé (primer puesto de música general en Polonia con 500.000 ejemplares vendidos de su primer disco) entra en una iglesia y se ve transportado a Palestina, año 30, donde su Ángel de la Guarda le anima a buscar a Jesús. En su búsqueda hablará con el Zebedeo, los pescadores de Tiberíades, la samaritana, y otros personajes que conocen al Maestro o le han visto, oído, etc."

Se puede hacer lo mismo pero, no sé, que el chaval se encuentra después de un concierto de la tuna del UNIV -último puesto del festival David con "la pesca submarina"- con un joven numerario apóstol que le transporta a Barbastro y de allí a Logroño -si se queda mucho tiempo en la casilla de la nieve con los pies descalzos dibujados en ella se resfría y debe guardar cama (pierde puntos) y de allí a Zaragoza... Y asín. Conoce Encarnita Ortega, pasa los Pirineos y charla con el depravado Fisac, saluda a Isidoro Zorzano y le corta él mismo -sí, sí, el chaval- el pelo al cero porque viene su prima, la de Zorzano, y le tiene que salvar de caer en locuras del corazón, lo mismo que con Don Álvaro en Berga durante la mili (no lo quitéis, orejas, el pueblo se llama así) cuando una niña bien del pueblo trata de seducirle, pero nuestro niño interactivo le anima a que de no siga por allí y le dice que muy lejos el Padre le está encomendando porque algo se huele... Por supuesto cada partida que se juegue, y no sólo una, tiene bendición del Papa. Faltaría más.

Bueno, es una idea. Si vale, pues vale, si no, pues nada.

A mi me gusta la pesca
Pie de foto: A mi me gusta la pescaaaaaa


Llama muchísimo la atención la cantidad de reglas, cánones, costumbres, normas y pijadinas que encauzan, enjaulan, encorsetan y ordenan el espíritu de la opus. Es colosal el esfuerzo que se hizo desde el principio -que se hace- por hacer un acopio grande y costoso de todo tipo de detalles que abarcan la vida toda de cualquier fiel de la prelatura. No se le escapa nada: desde los modos de vestir, de hablar, de comer, de dar una charla, de recibirla, de usar el coche, de ver televisión, de tratar a la administración, de leer libros, de cantar, de comprar, de confesarse, de rezar... ¡de todo!. Hay guiones, glosas y vademecums para cualquier actividad. Cualquier día editan un apéndice a las "glosas de San Gabriel" sobre el uso del matrimonio y el triquitriqui: cómo se hace, dónde se hace, requisitos para hacerlo, horarios aconsejados, posibles deficiencias, criterios y normas de pudor aconsejadas, prontuario de oraciones para la preparación del acto y disposiciones finales.

Reglas donde se mezcla lo espiritual más profundo hasta lo material más tontaina (como esa del "agregado camarero" cuando se invita a alguien a un centro: ¡¡¡GUEROOOOOOPÁÁÁÁ!!!). Una medallita con reliquia para el jambo que se le ocurrió la idea. Y una patada en el culo también, por imbécil.

Una estructura que pesa en las conciencias de un modo agobiante y obsesivo, especialmente en aquellas que tienden a ser rígidas, legalistas, escrupulosas. Conocí un numerario, notario de prestigio y con una estructura cerebral como los lectores de códigos de barras de Carreful, que la noche que dejó la opus me comentaba llorando: "es que tengo la impresión de ir por una autopista repleta de señales de tráfico contradictorias y que quiero cumplir todas porque si no me angustio. Y no puedo con ellas; aquí pone ochenta, allá cuidado con el viento, acullá peaje, más en de allá peligro de alces sueltos... y me estoy volviendo loco".

Eso fue así desde el principio. San Josemaría era un hombre que tiraba bastante al escrúpulo -él mismo afirmaba que se confesaba tres veces a la semana (Álvaro, recuérdame que esta tarde me tengo que de confesar -y en alguna ocasión se había confesado el día anterior, o aquella misma mañana). Alguien pensará que es vida interior. Vale. Pues yo pienso que no: Escrivá era un hombre obstinado, compulsivo y a veces histérico, con una extraña inclinación por la pasión actoral y el drama ruidoso. No hace falta haber estudiado psicología en Harvard para descubrir en el texto que nos transcribió el amigo Vitrubio en "el teléfono del colegio Romano" (texto que conocí en 1975) una personalidad, contri menos, de preocupar: en menos tiempo es difícil mezclar tantos sentimientos distintos. Su formación era la propia de su tiempo, estudió leyes y alguien le aconsejó, ya desde muy pronto, que debía vestir con un buen ropaje jurídico su obra: durante años forjó una armadura de platino e iridio que se conserva en el museo de pesas y medidas de Villa Tévere.

Escrivá no era tanto una gran cabeza como una suma de fuerzas extraordinarias que tiraban de él en distintas direcciones y, con alguna frecuencia, alguna de ellas saltaba por los aires y le desequilibraban: era de una sensibilidad extrema, un carácter muy fuerte, apasionado, terco... Pero era una persona que trasuntaba convicción. Cuando hablaba de oración, de Dios, o de amor, sabía conmover los más profundos resortes de las personas que le escuchaban. Conocía la fuerza de sus palabras y sobretodo del recurso a la oración como algo primero y último en las personas que le escuchaban. Era su receta, su letanía constante: reza, reza, reza... Pero ése algo de histrión, de buen actor, le perdía. También su vanidad... Es difícil no ver en algunos de sus gestos, de sus acciones, incluso de su gustos al decorar, al distinguir a las personas, matices clasistas, aristocráticos y algo trasnochados, como cuando en alguna tertulia, adelantando el pie izquierdo, juntando las manos sobre el pecho -esas manos le hablaban solas- comentaba "yo que soy doctor en derecho, doctor en sagrada teología, que tengo no sé cuantos doctorados honoris causa...", y se reflejaba en él la tontería del mundo, como a cualquiera. Conocía la energía que irradiaba. Era un don. Y actuaba según la convicción de ser un hombre elegido por Dios -aunque afirmarse de boquilla lo contrario, que era un pingajo, un trapo. "El Papa quitó el índice, pero yo puse el mío...": sí, pusiste allí a Ratinzger, entre otros, con todas sus obras, y luego tus hijos tuvieron que quitarlo de allí zingando cuando el cardenal pasó a ser mano derecha del Papa. Puso a unos cuantos en el Índice sólo por despecho y enfado: un enfado más de los que de vez en cuando le daban.

Escrivá evangelizaba concentrando la atención en unos pocos mensajes relativamente simples que difundía mediante una repetición incansable y una energía furiosa. Por esa razón todos los Orejas -algunos con muy pocos años de pertenencia- y los Opus conocemos tan bien sus mensajes, frases, modos, filias y fobias. Nos lo sabemos todo de él.

Las mejores cabezas de las primeras generaciones de numerarios, sacerdotes y laicos, las dedicó y las encauzó hacia el derecho canónico, y muchos de ellos sirvieron durante años en la administración burocrática interna de la prelatura como pasantes y voceros de sus indicaciones. San Josemaría tenía un carácter muy fuerte y toda esas promociones de sacerdotes y estudiantes que vivían con él quedaron marcados por su pensamiento. Imantaba, aunque muchas veces esos modos, ese carácter, lo observaban con perplejidad y cierto miedo, cuando no con acojone: se sentían espectadores de una representación única, irrepetible -le tenían por santo y por genio- donde el baranda actuaba a sus anchas: reía, lloraba, cantaba, echaba broncas, se sentía incomprendido, te besaba y te despreciaba... y a todos les pedía una fidelidad de perro, marcando a fuego sus modos de gobernar, de dirigir, y de legislar.

Recuerdo que en las primeras tertulias después de su "tránsito al cielo" -Escrivá no palmó, Escrivá se fue al cielo de punta cabeza- muchos numerarios de la primera época venían a contarnos anécdotas de su vida junto a él. Llamaba la atención la cantidad de historias que se centraban en las broncas del Fundador: que si un día cerré mal una puerta y, pimba, paquetorro, que si otro día me pidió una cosa y como retrasé el cumplimiento del encargo dos horas me dijo que de qué iba, que así la opus se iba abajo, que si a otro le dice que si quiere ir a no sé donde y va el colegui y dice que mejor que no y el Chamán le contesta "pues si no quires ir, te vas con tu madre, majadero". Fue tal el cúmulo de anécdotas de cienes de numerarios contando paquetes, paquetines o paquetones de el Hombre de Villa Tévere, que tuvo que darse un aviso diciendo que porfa, que a ver si no nos pasamos... y entonces las tertulias comenzaban "¡¡¡qué de bien se estaba con nuestro Padre!!!, ¡¡¡jamás vi un hombre más divertido y simpa!!!". En fin, que ni tanto ni tan calvo, que sería como cualquiera hombre, un tipo con sus luces y sus sombras.

Como buen escrupuloso le encantaban las reglas y las normas, saber qué hacer, cómo hacerlo, pautar fronteras, señalizar caminos, atenerse a los signos. Son conciencias que recaban constantemente dónde está el límite escrito de la moral y de las costumbres para obedecer sus mandamientos. Sufren con la libertad de espíritu. Son personas inmaduras, con frecuencia inteligentes, que necesitan ir de la mano en su conciencia escrupulosa.

Cientos de canonistas en la opus se dispusieron a pensar y trabajar en esa dirección. Y lo consiguieron. Pero los caminos de las leyes, cuando los dejas en manos de canonistas, son como una tela de araña y acabas enredado en toda esa casuística que termina matando el espíritu para convertirse en una institución más de orden tan natural como un camping, un club de fútbol o un partido político. A la Iglesia también le sucedió en épocas pasadas. Pierde su sentido vocacional y se convierte en ritos, cánones en manos de liturgistas, leguleyos, policías y jueces. Eres libre, dicen, porque hay leyes. Nada más equivocado. Para ser libre necesitas dar respuestas a las preguntas que te hace la vida -eso es ser responsable-, y eso resulta imposible cuando "todas las preguntas" te son respondidas en " ¡todos los códigos", se llamen Glosas, Vademecums, o Reglas... ¿Que tengo que escribir un artículo en Crónica?, pues toma el vademécum y mira lo que hay que hacer. ¿Que deseo invitar a un amigo a comer en el centro?, toma, lee y come, que le decían al profeta... ¿o fue a San Agustín?

Cuando, además, el propio fundador se encargó de que quedara muy claro que todo, absolutamente todo, es sagrado, inviolable y perpetuo, y que el espíritu es "obedecer o marcharse", que allí no sobra un ápice, ni una tilde, entonces, en los directores no se buscan personas libres sino personas obedientes. Al libre el cuerpo acaba por vomitarlo. No lo asimila.

Por esa razón hay tan pocos teólogos en la prelatura. Y los que hay se bañan en aguas poco profundas y muy cerca de la orilla -liturgistas, eclesiólogos, moralistas,etc. Para ser teólogo de los de verdad, hay que plantearse muchas cosas, hay que adivinar, hay que buscar en mundos difíciles y nada reglados, hay que tener imaginación: hay que tener una sensibilidad y una inteligencia libre. También hay que ser humilde. En los sacerdotes de la prelatura no es extraño encontrarte algún snob vanidoso que sueña con su libro, o su folleto de Mundo Cristiano, o su tesis doctoral editada, o su algo teológico; muchos en sus predicaciones envuelven en el celofán de una teología ascética más bien barata y que les reviste de distinción, de arrogancia y de petulancia, y en realidad no son más que abogados, físicos, pedagogos, historiadores o economistas que un día alguien les dijo que si querían ir a Roma para estudiar y ordenarse. Y así lo hicieron. Lo hicieron porque alguien se lo dijo.

Cuentan que en el 1100 la profesión clerical -si así se le puede llamar- se amplió enormemente: quizás una de cada cincuenta personas podía afirmar que habían tomado las órdenes. Y de éstas una de cada seis tendría problemas con las leyes eclesiásticas; en realidad, muchos nunca habían tenido intención de ordenarse sacerdotes. El follón que se armó fue mayúsculo. Como escribió Giraldo Gambrensis, y no es coña el nombre, muchos sacerdotes "están ocupados por amantes entrometidas, cunas que crujen, pequeños recién nacidos y mocosos chillones". No es el caso del presbiterado de la prelatura, supongo, pero sí el que pasados los años -me gustaría conocer la proporción de sacerdotes numerarios elegidos entre los candidatos numerarios laicos con la fidelidad hecha- no sería sorpresa que, además, ese "uno de cada seis" se cumpliera también aquí: bastantes tienen serios problemas de adaptación al mundo clerical y personal (vamos a escribirlo finamente) y que se manifiesta en muchos terrenos, desde el físico hasta el psíquico. Normal.

Me contó uno que trabajaba en la Secretaría General, un tipo que tenía una lengua indiscreta, indomable y algo femenina, que Don Álvaro recibió la visita de Kiko Argüello. Según me comentó el bífido, Kiko se entrevistó con Don Álvaro porque se lo pidió el Santo Padre, vete tú a saber si es verdad o no, para que le aconsejara sobre la organización del movimiento Neocatecumenal. Hablaron y, dice éste, que Don Álvaro le sugirió: búsquese un buen canonista. Al parecer, sigo con la misma fuente, los Kikos tiran mucho de la cosa carismática, del Espíritu y del Aleluya y el asunto canónico no lo tenían resuelto: su configuración jurídica. Vamos, lo más contri de contri con el opus dei.

Efectivamente, toda la batalla que se libró para que el opus del Sumun Subsistens fuera prelatura se hizo con glebas de canonistas que poco a poco se abrieron paso en un mundo tan cerrado y acortezado como el del derecho canónico.

Pero si estás en el Código existes, si no, narices. No eres nadie.

Alguien dijo que no tienes una idea hasta que no haces de ella una institución, y no tienes una institución hasta que no está en un Código. Pues eso.

Satur

 

Continuará


Desde que salí del barro primordial fui un tipo muy enamoradizo: bastaba que viera una escoba con faldas y algo dentro de mi me impulsaba a hacer y decir unas tonterías que ni ojo vio, ni oído oyó.

En el momento que mis glándulas se aceleraron la cosa se puso mucho peor. La cosa mental, digo. A los catorce años la testosterona, o lo que fuese eso, me convirtió en un tipo que parecía decidido a volver al árbol, dejar de ser un bípedo y darse mamporros en el pecho cada vez que veía una hembra. Durante esos años me dio por atusarme millones de veces al día el flequillo -dando unos golpecitos al ciruelo de pelo que desafiaba la gravedad por encima de mi frente-, y mirarme de un modo compulsivo a todos los escaparates desde mi mejor perfil. Incluso llegué a creer que mi fuerte estaría en tener una sonrisa achinada, así que me pasé muchas horas de entrenamiento achinando los ojos hasta el estreñimiento preguntándome qué dirían las chicas de mi.

-¿Has visto qué sonrisa más pícara tiene Satur? -podía imaginar que decía una preciosa chica.
-¡¡¡Oh, sííí!!! -replicaba otra Indesainsain Hurt- ¡¡¡me vuelven loca sus ojos chinitos!!!
- No sé, chica... ¿qué prefieres, sus ojos, o ese ciruelo de pelo que le hace tan tan...?
- La verdad, lo mires como lo mires es un encanto... ¡¡¡¡hasta las perras y las gatas se dan la vuelta para verle!!!

Bueno, esto pasó durante unos cuantos años. Pocos. En realidad estaba más colgado que un fuet. Un día decidí declararme a una chica que sólo conocía de verla todos los días al ir al colegio -juro por Sacantancangua que era un diez de mujer, aunque no la conociera más que de vista. Un BMW de la serie 7. Fui directo. A saco.

- Me gustas -le dije dándome un golpecillo en la visera de pelo y achinando los ojos hasta el cagansen.
- Pues tú a mi no.

Y a tomal viento. Allí acabó la historia.

Un mes después descubrí mi vocación a la opus y decidí a los dieciséis años y medio vivir por amor una vida de celibato carapato a muerte.

Pero, claro, una cosa son las ilusiones y el "¡¡¡a la orden, sí, señor sí!!!", y otra es que sigues siendo el mismo urco que eras antes de... aunque no se note. Que sí que se nota.

El tiempo pasó y... ¡¡¡¡¡¡¡UN DÍA!!!!!!

Un día alguien -un Locomotoro conductor de todo menos del codo- me nombró director de un centro. Era un club de bachilleres de así como de colgados: una zona lejos de los barrios pijos donde otros clubes se alimentaban de chavales de obras corporativas y personales top ten. Un centro donde los residentes eran numerarios poco dispuestos a hacer la labor con peña de colegios públicos y que, encima, se dedicaban a labores como arquitectura, banca, inmobiliaria, prensa económica... allí sólo dábamos golpe tres. Aquello era La Fonda Paqui... ¡¡¡Pero qué bien nos le pasemos!!!

Imagino que más de un orejas estará pensando que adónde nos lleva este tío. Tranquis. Vamos bien. Porque tengo para mi -y enlazo con el principio de la anérdocta- que muchos en la opus éramos unos adolescentes, testosterona ciento por ciento, aunque tuviéramos entonces 25, 28, 30 o 40 años. Y es que pasó lo de siguiente.

El centro era, por mi de culpa, por mi de culpa, por mi de grandísima culpa, un desastre. Nos le pasábamos muy de bien, pero aquello en horarios, en asistencia a los círculos, en números de gente a la meditación, a los retiros mensuales, era como el share del Teletienda a las cuatro de la mañana en el canal 29. Habitualmente comíamos cuatro, y la tertulia era como el principio del "Quare femuerunt gentes", pero cantado en gregoriano (eso de quaaaaaaaaaaaareeeeeeeeeee....), algo muy lento, denso, pastoso y aburrido. Estábamos poco motivados, sin sensaciones positivas...

¡¡¡UN DÍA!!!... se abrió la puerta que comunica la administración con el comedor. Yo había tocado la campana como sólo yo sé hacerlo -¡piticlín, piticlín! -(creo que he sido el director de centro con más estilo de todo el opus dei tocando la campanica) y aparece -así, como lo escribo, APARECE- la mujer más hermosa que jamás se ha visto en este planeta y en el siglo XX. Nos quedamos los cuatro mudos, aturdidos, sobrecogidos y blancos como el tipex. Tipex total. Los corazones latían con fuerza y transmitían sus vibraciones a la mesa y ésta al primer plato que saltaba feliz sobre el segundo plato -¡chispum, chispum!. No sé si era numeraria auxiliar, chica de san Rafael, agregada auxiliar (último descubrimiento en orejas), contratada sin papeles o flautista de la filarmónica de Chichinabo, pero lo que sí sé, porque lo vi, es que era inmensamente hermosa. De reportaje de moda de primavera en Telva. Si era de la obra yo la hubiese puesto de portada de Romana y pita hasta Abul Abás El Sanguinario. Un bellezón. Y lo escribo lejos de la lujuria, de pensamiento rijosos y de atentados contra la moral y las buenas costumbres.

Rubia, cabellos que parecían espigas doradas por el sol, por el sol, unos ojos como diamantes sobre terciopelo negro -una mirada de esas que decía el poeta "ojalá que cuando venga la muerte tenga tus ojos"-, una pestañas que eran como el abrir y cerrar de un paraguas, una sonrisa que lo llenaba todo, disparaban los cláxones de los coches y encendía farolas, unos dientes que daban ganas de pedir "¿puedo tocar?" y unas manos como las páginas blancas de telefónica.

Gracias a esa mujer, a esa pedazo de mujer, todo cambió en pocos días. La gente se despertaba feliz, los desayunos eran, aunque no fueran servidos, una fiesta de amigos que ríen y cantan; las comidas estaban al completo, no hay entradas; antes de la cena ya estábamos en amigable conversación toda la casa esperando a que se abriera la puerta del comedor. Escuchar los pasos de ella enllegando a abrir era la mejor melodía que nunca se haya compuesto -tocotoc, tocotoc, tocotoc.

No sé si fue la testosterona o las hormonas esfintereizadas o el conquevo de la refractaria, pero estábamos increíblemente divertidos. Parecíamos pavos reales mostrando sus mejores plumajes... quien contaba chistes, quien trataba de su perspicacia en asuntos profesionales, quien de sus hazañas deportivas, otro de sus proezas, habilidades y destrezas. Y todos, mirando sin mirar, empeñados en que ELLA sonriera y, en el mejor de los casos, hacerla salir a carcajadas del comedor porque, la pobre, no podía aguantar la risa. ¡Qué edad maravillosa donde todos nosotros idealizábamos a la mujer viéndola como un ser etéreo, puro, fantástico!. Incluso me atrevo a decir que esa Doctora Honoris Causa por la Universidad Complutense de la Hermosura Soberana hizo un milagro, y es que uno de los residentes era bizco. Cuando escribo bizco es que era muy bizco, de los que si llora se le moja la espalda, pues bien, en ese tiempo cuando estaba en el comedor le mejoraba el estrabismo que parecía de anuncio de General Ópticos. Ya digo, un milagro.

Hubo momentos, cuando tenía que pedirle alguna cosa que pensé -el director es el único que puede dirigirse a la administración en el comedor-, que me iba a saltar el corazón por la boca y la víscera iba a estampar a la boca del residente que tenía delante.

-Pppp.or fafavoor, ¡puuuu puede saaaaa sacar más de ppppp pan'.

La muerte era aquello.

Poco nos durarían esas alegrías, esa inocencia alegre y festiva, esas ensoñaciones de adolescentes platónicamente enamorados... Enviaron a vivir al centro un sacerdote muy listo que había estado en Roma trabajando en un dicasterio de esos. No era mala persona, pero con una escoba en el culo y un ladrillo en la cabeza poco se puede hacer. Un detalle del personaje: fuimos a comer un día, el sacerdote y tres más, a un restaurante de carretera y pedimos una ensalada para acompañar unos bocadillos. Llega la dulce tabernera con la ensalada y nos le de pone en medio de la de mesa. El sacerdote observa la ensalada con la curiosidad de un entomólogo y le dice a la señora "disculpe, ¿sería tan amable de suprimir el huevo, por favor?". La doña se quedó literalmente a cuadros cuadros. "¿Suprima el huevo?", yo sí que te suprimiría a ti, debió de pensar.

Bueno, pues Fray Escoba notó que tanta risa, tanto corazón en fuegos artificiales y tanta alegría de la huerta no estaba nada bien. Probablemente alguno en confidencia le dijera que, bueno, que tenía cierto apegamiento a la administración -quizás yo mismo se lo dijera, pues hacía la charla con él y no me cuesta reconocerme diciendo eso-, lo cierto es que la chica desapareció. Hizó fú y nunca más se supo. Y la casa languideció, a bastantes sillas del comedor le salieron telarañas, los pasillos eran habitados por fantasmas que deambulaban rosario en mano entre suspiros y ayes, las tertulias musicales eran una cadena de baladas que lloraban amores perdidos, imposibles - "para decir adios, vida mííía, y estar por siempre agradecidooooss", si a tu ventana llega una palomaaaaa...", " Y te vaaaaaas, y te vaaaaaas, rompería casi todo, si no estáááásss". En fin un derrumbamiento del espíritu.

Tarde o temprano se curan los llamados mal de amores. Y la vida siguió. Con los años descubrí que las mujeres son de calne y hueso, y que pisan el suelo al andar y cosas así. Cuando conocí a La Piedra caí en un estado parecido al de entonces, sólo que con 43 tacos. Pensé que ella era distinta a todas las demás, que todo era como en cámara lenta en paisajes idílicos y maravillosos, pensé que Dios había venido a verme. Pero no. Es igual que yo. Quiero decir que tiene fallos, defectos y cosas así. Como yo, que alguno tengo... ¿Pero es normal que vaya a coger el avión y me encuentre este aviso en el aeropuerto?. ¿Es normal?.

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La cosa sexual

Algunos, al parecer, se sienten incómodos tratando la cosa sexual y, más en concreto, la homosexualidad. Alguno ha leído, "no sin asombro" una gran cantidad de correos que hacen referencia a este tema. Aclara el motivo de su perplejidad ... "muchos pensamos que en esta página se hablaba sobre el Opus Dei, no sobre los diferentes modos en que se puede dar rienda suelta a la libertad que tenemos una vez fuera del Opus Dei, y mucho menos si la Iglesia Católica, Jesucristo o los Santos han permitido o no las relaciones sexuales entre personas del mismo género (sexo)". Es verdad que en esta página se habla del opus de dei, pero también lo es que muchas biografías cuentan sus motivos, algunas sus debilidades, otras sus enfermedades, otras sus complejos, dificultades, incluso hay quien ha visto y charlado con su Ángel de La Guardia que, muy cortésmente, le ofreció su móvil: "toma mi Nokia, y si ves alguna pluma, perdona; te le quedas, o me le das, porfa, pero no la tires"... Y es normal, cada uno cuenta la penícula como le pasó.

Hay quien ha perdido la fe y está hastiado, quien ha salido reforzado y con ganas de seguir siendo aquel que fue o quiso ser en el opus, hay quien se ha quedado con los frenos descacharrados y la azotea hecha unos zorros y quien se bebe las lágrimas y se sorbe los mocos como un niño que tiene miedo. Algunos salen muy quemados, muy heridos, muy dolidos y eso produce cosas como el resentimiento, la desconfianza a toda la institución, incluso el odio; otros están muy solos, y ya se sabe que la soledad -si va de la mano de la tristeza- es capaz de muchas miserias. Bastantes callan e intentan olvidar, intuyen que el tiempo, y Dios (si creen), volverán a poner todo en su sitio. Estos últimos son los que en el Opus Dei dicen que son mayoría y que se van agradecidos y contentos... No es verdad: se van con ese temple que te da el que te consideren un fracasado, y con esa tristeza que te produce ver que te miran como un pobre hombre al que no se da un duro por su alma, y que en muy pocos día ya nadie se acordará de ti. Pero callan, ¿qué van a hacer?. Miras hacia delante buscando nuevas amistades, nuevos ambientes, nuevo trabajo donde, a poder ser, nadie del pasado coincida en él.

Piensas que con el tiempo toda ese fiemo que son los errores de tu vida, ese humus putrefacto que hoy pisas alimentará el futuro árbol que un día rebrotará, y esa porquería quedará allá abajo, en las raíces de tu vida.

Un hermoso nogal no lo sería si sus raíces no se hubiesen alimentado de mierda, y a nadie se le ocurre pensar que eso es malo... a condición de que no se ponga encima de la mesa.

Varias correspondencias han decidido excavar en sus raíces, darle a la pala y poner encima de la mesa un aspecto de su vida: su sexualidad. Y dicen "mira, a mí lo que me pasa es que soy homosexual". Desde luego, ser homosexual y numerario, o agregado del opus dei, se intuye difícil: el gallo en el gallinero. Por eso lo cuentan, porque se supone, leyéndoles, el drama que se vivió en esos años de sincera lucha pensando que, quizás, allí poco a poco las cosas se encauzarían de otro modo. Y lo escriben.

Más de uno se sentirá interpelado al leer esas correspondencias, y más de una: de dentro y de fuera.

La sexualidad es un asunto muy complejo, muy personal también y, en mi opinión -que ya me dirás para qué sirve mi opinión- conviene que esté donde tiene que estar, que es en las raíces. También pienso que sacralizarla, tomársela en serio, es un error muy grave. Vivimos en un cuelpo ,cada uno el suyo, y cada uno con su carácter, sus afectividades, sus sensibilidades y sus rarezas. La sexualidad se concreta en cada uno de modos muy diferentes y no siempre sabemos el por qué de todos esos modos. Yo, por ejemplo, ignoro por qué razón si me rascan el cogote me pierdo, pero así, me pierdo. Me pongo, me pongo... y ¡¡¡AUUUUUUU, un lobo en Paríssss!!! Sin embargo, a Dany a lo mejor le rascas el cogote y te da un sopapo que te pone en el jueves de la semana que viene. Y hay quien es frígida, y otros más salidos que un balcón neorrococó... ¡Un lío lo de la sexualidad!: le afecta todo: el tiempo, la cultura, la música, la religión , la herencia, la familia, la educación, las hormonas, los olores, los colores...

Siempre me sorprendió el ejemplo que puso uno en una charla sobre castidad en el centro de estudios. El tío, sin cortarse un pelo, comentó "pues, si cuando por la mañana al ir a Misa al centro ves una señora mayor fregando las escaleras de un portal y que se le ven las bragas, y los mollares, y las chinchorras, y te pasa que cada día la miras y tal, pues lo cuentas en la charla". Todo un ejemplo, sí señor. A mi, la verdad, nunca me dio por allí, pero el tío ese debía de tener la líbido al turmix. Como dice un amigo: he caído tan bajo que cuando me levanto me pego con la cabeza en el culo.

Claro, con esos mensajes, cuando llevas tiempo en el opus del opus, con eso de que había que ser salvajemente sincero, te enterabas de unas cosas tan raras -pero raras, raras,raras-, que al final decías "¡mecagüen la gallina Marcelina: ya no quiero saber más. Bastante tengo con lo mío!". Porque a base de hablar y hablar y hablar, lo único que conseguías era meterte en unos berenjenales de Padre y Señor mío.

También pienso, como el Orejas del sábado, que éste no es sitio para dar doctrina, pasión dominante, y salvar a las almas. Aquí cada uno es hijo de su padre y de su madre y dice la suya desde su punto de vista. No estamos para que alguien me diga "oye , lo del cogote háztelo mirar porque a lo mejor es de médico", u "oiga, esa ansias por que recen todos, y consideren las escenas del evangelio, y vayan al encuentro del Señor Sacramentado como Amigo, y sigan las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, eso puede ser una paranoia y también se lo tiene que mirar"... No es el sitio.

Yo también, como algunos aquí, intento seguir las enseñanzas de la Iglesia, pero procuro comprender las razones de los demás, sobretodo si me tocan muy de cerca por motivos de familia, de amistad -cuantas veces, por comodidad, también por miedo, te gustaría no saber nada de nadie, y que cada uno viviera su vida- .

Estoy convencido de que la Iglesia alguna cosa tendrá que cambiar. La obedezco; pero la moral sexual de la Iglesia es un caos heredado de tan distintas procedencias mágicas, culturales, científicas y religiosas, y con miles de años de sedimentaciones diferentes, que confunden más que aclaran. A todas las religiones les ha interesado regular, encauzar y normativizar la sexualidad. Es lógico: va muy unida a la fertilidad, al misterio, a la vida y a la muerte. Es estremecedora, si se piensa un poco en ella. Y fascinante también.

Cambiará, como ha cambiado en otros asuntos, como cuando veía con reticencias, algo más que reticencias, el uso de anestésicos en el parto porque la terapia se enfrentaba a las supuestas palabras de Dios en la Biblia "parirás a tus hijos con dolor". Cambiará porque sabe que la sexualidad se ha codificado en base a principios que muchas veces eran, sencillamente, falsos. En ocasiones, pura superstición. Nociones como "pureza" e "impureza", "mancha", andan como por su casa en el dominio de la moral sexual: curioso criterio que no tiene en cuenta la voluntariedad del sujeto. Una enfermedad se puede contagiar involuntariamente, y lo impuro también. Basta echar un vistazo a toda la literatura escrita desde la ética cristiana sobre la menstruación y el semen, para comprobar que muchas cosas que deberían de cambiar han cambiado: en la Edad media los penitenciales cristianos prohibían que la mujer que tuviera la regla comulgase, que tocase los vasos sagrados. Asombra leer la relación de efectos malsanos que producía una mujer durante el período. ¿De dónde se lo sacaban?.¿por qué no eran desmentidas si era facilísimo comprobar lo contrario?.

Santo Tomás escribe "la pérdida desordenada del semen repugna al bien de la naturaleza, o sea, a la conservación de la especie. Por tanto, después del pecado de homicidio que destruye la naturaleza humana viviente en acto, este tipo de pecado parece ocupar el segundo puesto: impide la generación de una naturaleza humana". Hala, chúpate esa: o sea, que el fetillo ya está en el semen y se le coloca en la mujer para que lo alimente y tal. Claro, así vistas las cosas, resulta que cada masturbación es un manojo de abortos.

Esta idea del semen hizo que en Occidente se le diera más importancia a las relaciones homosexuales entre hombres que entre mujeres, o a la masturbación masculina que a la femenina.

Problema complejo éste. La Iglesia todavía tiene masas de fieles que viven en la miseria extrema, en la ignorancia, y en el miedo, junto a ellas convive una nueva mentalidad que no niega su fe, pero que le cuesta aceptar criterios difícilmente comprensibles. Y no por pereza, ni por visiones superficiales, ni por darle rienda suelta al cuerpo y a la vida mollar. Son razones serias, profundas y que piden una explicación. No debe de ser nada fácil regular todo eso.

Hasta hace unos pocos años las instituciones vivían amparadas en discreción y secretismo gracias a que la información estaba reservada a unos pocos. Las comunicaciones, la noticias y las corrientes ideológicas tardaban mucho en llegar de una punta a otra, y con dificultad al pueblo llano. Mucho han cambiado las cosas. ¿Cómo reaccionar al escándalo que denunciaron las religiosas Maria O'Donohue y Maura McDonald, publicados por la revista norteamericana "National Catholic Reporter" y que el portavoz Vaticano, nuestro querido Joaquín Navarro Valls, reconoció que el problema es 'conocido' y que 'se está afrontando', pero lo circunscribió a 'un área geográfica limitada' (África), sobre los abusos sexuales dentro de las congregaciones religiosas. Abusos también denunciados por la religiosa O'Donohue, coordinadora del programa sobre el sida de Caritas Internacional y del Cafod (Fondo Católico de Ayuda al Desarrollo), cuando presentó un informe sobrecogedor al presidente de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo. El cardenal, sorprendido por las dimensiones del problema, encargó investigar la situación a un grupo de trabajo presidido por O' Donohue.

O`Donohue es religiosa, no lo olvidemos. No trabaja para el grupo Prisa.

La lista de abusos es descorazonadora e inquietante. El informe incluye casos de novicias violadas por los sacerdotes a quienes tienen que solicitar los certificados oportunos, habla de médicos de hospitales católicos que se ven asediados por sacerdotes que les llevan 'a monjas y otras jóvenes para abortar'. O'Donohue cita un caso extremo, el de 'un sacerdote que obliga a abortar a una monja, ella muere y él oficia la misa de difuntos' por la joven fallecida. El informe reconoce que determinadas culturas representan un serio inconveniente para el mantenimiento de los principios de la vida religiosa. En el continente africano, explica el texto, es 'imposible para una mujer rechazar a un hombre, sobre todo si es anciano y en especial si es un sacerdote', y la cultura está lejos de favorecer el celibato.

En el informe de O'Donohue se habla de religiosos que piden a las monjas que recurran a la píldora y, en concreto, se alude a una comunidad religiosa femenina en la que la superiora solicitó la intervención del obispo tras comprobar que una serie de sacerdotes de la diócesis habían dejado embarazadas a 29 monjas. La reacción del obispo fue fulminante: la superiora 'fue suspendida' y sustituida por otra religiosa. Hala, por chivata.

Estos datos han sido avalados por otro informe presentado en 1998 por Marie McDonald, superiora de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África, ésta ya es jefa y todo, en el que se pasa revista a las diferentes estrategias de acoso. Unas veces son sacerdotes que reclaman una especie de contraprestación sexual a cambio de la confesión. Otras el abuso se produce a partir de 'una dependencia financiera de las monjas de sacerdotes que pueden pedir a cambio favores sexuales'. McDonald está convencida de que hay que actuar con rapidez para atajar un problema que aumenta, y no parece satisfecha de la línea de actuación más bien tímida iniciada por el Vaticano.

Es un asunto muy, pero que muy complejo este de la castidad. En África el celibato es un valor muy devaluado y difícilmente entendible. La selección de bastantes sacerdotes deja mucho que desear, incluso para nombrar obispos se ha llegado a recomendar candidatos que sólo tengan una esposa... Lo mismo se podría hablar de zonas de América, Asia, etc... en fin, un mundo más allá de nuestros valores occidentales de puto hombre blanco que vive que te cangas.

A pesar de todo lo escrito estoy convencidísimo de que son muchas más las luces en la evangelización de África, y de la labor misionera de la Iglesia, que las sombras.

La homosexualidad ya es otro cantar. Se mezclan demasiados intereses y ando lejos de comprender exactamente qué es ser homosexual. Tengo claro que no son las mariconadas locas del día del orgullo gay -que me resultan falsas y patéticas-,pero tampoco lo que estúpidamente por no decir otra cosa, repetía en todas sus conferencias un afamado médico sexólogo de la prelatura "que el agujero del culo está para sacar cosas, no para meterlas". No se puede ser más humillante, más incomprensivo y más cerdo.

De todas formas la Iglesia lo dice muy claro en el parágrafo 235, del catecismo de la Iglesia Católica, y el Papa se ha hinchado de repetir allá donde ha ido: "Un número no despreciable de hombres y mujeres presenta tendencias homosexuales profundamente enraizadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza, evitando cualquier estigma de discriminación injusta".

Pues eso.


Regreso de un viaje pofesional por tierras astures y gallegas y me encuentro con un nuevo ser vivo en casa: una gatita que responde al nombre de Kika -no es neocatecumenal, que conste-. En mi vida pasada, en mi anterior reencarnación en la opus, jamás pude convivir con un animal en un centro -exceptuándome a mí mismo y a alguno más que no diré el nombre. Sí que pude ver los perros, alguno especialmente adiestrado en instintos asesinos, que protegían Cavabianca de asaltos exteriores aunque, como estaban más locos que el doctor Tornasol hasta el culo de copas, en ocasiones atacaban a los de dentro... que se lo pregunten a uno con apellido de escasez que lo despellejaron a mordiscos hasta dejarlo como Mesala en después de las carreras.

Esos perros, por cierto, son los mismos que salían jugueteando por la playa en un reportaje que le hizo la tele a un conocido personaje de la prelatura que trabaja en el Vaticano. Una imagen bucólica, tierna, encantadora. Me imagino la escena.

- ¿Cavabianca?... Oye, soy Peich Brawuenauer, mira, que me van a hacer un raport los de la Uno y que pienso que me podríais prestar la mieeeerda de perros esos que tenéis para una toma en la playa, yo paseando y tal. ¿Cómo los tenéis?.

- Pues, cuidadín con ellos, que te ven en traje de baño y se piensan que eres el Ríííchal y se te llevan la pierna izquierda hasta el ombligo todo.

- ¿Pero tú quién te crees que soy de yo?. Iré de sport, con fulard y chaqueta de ante...

- ¿De antes... de las del Sotanillo?

- De ante de tu padre, pimpím... ¿No teníais un chaval allí que ya le han mordido unas cuantas veces?... pues que le muerdan un poco más y así me los llevo tranquilos y tal.

- OK, Peich. Te los dejo en Viale de la Campanella di Administrazione ya mordidos y tal.

- PAX.

- PAX... Encomendamos.

- Yo también. Mucho.

- Yo más.

Bueno. No es textual. Lo que sí sucedió es que las tomas quedaron fetén, en plan anuncio de Residencia de la Tercera Edad "Prostratos"

El caso es que lo de la gata me tiene preocupado. Estoy con la misma perplejidad que debió de tener el Papa Benedicto XVI cuando vio por primera vez a la fundadora de las madres Ursulinas, acompañada de las primeras, con la toca esa de alerones superaerodinámicos de chúpame la punta, en plan ¡¡¡yabadadadúúúúú, Santo Padreeee!!!. Y el pobre hombre alucinando pepinos y pensando "¿pero quién coño le habrá diseñado semejante moñiga?. Pues asín me quedé yo cuando, en lugar de encontrarme a La Piedra como una fiel Penélope a mi vuelta de mi odisea, me topo con una gatita gris y ojos ámbar que pasa totalmente de mi. Y, claro, encima me vienen con lo que es tan bueeeena, es tan liiiiiimpia, es tan cariñooooosa y te hace tanta compañíííía... que estoy pensando si no me estarán diciendo que yo soy un pringao, un guarro, un palo y un muermo. Tengo que ganar puntos como sea. A mi una gata no me desafía.

Después me dispuse a ponerme al día de Orejas y me encuentro con la correspondencia de Diego, el de la condición de persona NO MIEMBRA (octubra, nomiembra y diciembra...) esta gracieta me ha salido bastante mala, la verdad).

Me inclino a pensar que Diego tiene razón en bastantes de las cosas que escribe. También creo que hay muchísima gente buena dentro de la prelatura y que están haciendo mucho bien, y que están donde tienen que estar. Mis papis, sin ir más lejos Y, desde luego, no intento que nadie se vaya, ni que se quede, ni que suba ni que baje... Creo que ese no es el tema. Si lee bien todos los escritos, cosa que dice no haber hecho, Diego verá por sí mismo cuál es el tema de fondo. Incluido lo de si somos o no católicos. Me gustaría oírte hablar del cura de mi parroquia, campeón, que me hace cogerle las manos al manguta de mi derecha, a la cacatúa de mi izquierda, levantarlas en plan ¡viiiiiva la gente la hay donde quiera que vas!, y mientras hacemos huhuhuhu con la melodía de los "sonidos del silencio" el tío se recita un padrenuestro que sólo le falta ponerse la toca de las ursulinas para ponerle la guinda a la horterada.. y no te cuento más de ese hombre porque soy católico, que si noooooooo...

Lo que me llamó la atención del escrito de Diego fue su redacción. Hubo momentos, leyéndole, que pensé "jolines, qué majete es, qué dulce, qué sensible". Uno iba leyendo cosas como "y le digo una cosita que puede les desanime un poquitito", que a mi me esponjaba los ojitos y parecía que se me saltaban las lagrimitas por las mejillitas. O esa otra de "aladito de Judas", o la de "su paginitas"... mi corazoncito se estremecía ante tanta delicadeza. O cuando escribe eso de "dar consejitos al personal" - allí ya es que sudaba gotitas de bochornosa vergüenza por mi colaboración en esta paginita.

Añade más, "con la de cosas bonitas que hay por hacer". ¿Bonitas, dices, Diego?: ¡¡¡bonititas!!!, te corrijo, con la de cosas bonititas que hay por hacer!!!.

Lo de "heroicos eruditos" lo he mirado en el diccionario y no es diminutivo. No existe el vocablo "erudo".

Y, de repenete, de pronoto, al tío le da un frús, se quita el careto de "Dominique, nique, nique, tan simpa y bonachón" y empieza con que si tiene cojones la cosa, que NO TENÉIS NI PUTA IDEA, que no sois NADIE, digo NADIE, que deberíamos estar acojonados... y nos exhorta a estar preocupados por el otro Juicio (joé con el Juicio de las narices, sale siempre).

A ver si resulta que a ti en ese Juicio te cae alguna chispita por tus pecaditos y tu mala lechecita, NOMIEMBRA.

Por cierto, la Piedra se está pasando ya conmigo.

Cosas de Satur


Me cita Josecar en un asunto que sólo de pensarlo me pone la gallina de piel. Toda la gallina de piel. Escribe: No sé si en el movimiento por la integración, que está en auge por varias regiones de España, los colegios de Fomento están en la vanguardia o en la retaguardia. Me imagino que dependerá de los directivos de cada uno; a lo mejor otros como Satur pueden comentar algo al respecto. Pero dados los prejuicios generalizados entre todo tipo de educadores de aquella época, no me extraña que a tu hermana le ocurriera ese triste incidente. Lo entiendo, aunque no lo justifico.

Difícil lo pones. En Fomento existe un programa de Ayuda al Desarrollo de la Inteligencia. Bastante me he reído del asunto por lo que me ha tocado sufrir el implantarlo en algún que otro colegio, y creo que en muchos casos se ha jugado a psicólogos, como en su día jugábamos a médicos, a indios y vaqueros, o a cocinitas... Habrá quien le habrá ido bien y habrá quien le habrán dejado al hijo peor de lo que estaba... porque donde no hay mata no hay patata. Y no hablo de que no exista el menor asomo de mata y patata en el alumno con deficiencias, sino en el profesorado que le pueda atender o en la psicóloga que pueda liderar el proyecto. Las varitas mágicas, los aparatos que lo curan todo (el último del que me hablaron era una tal "Sinotrón" que era como el anuncio de Buterfly Master el nuevo producto reductor de grasas con biolípidos abductores concentrados que no sólo le evita ir al gimnasio, reduce kilos de su cuelpo y desestresa el duodeno, sino que alivia de las siempre engorrosas almorranas, hace crecer el pelo del pubis hasta la liana feliz y facilita un sueño reparador que hará que sus amigas , al verla, comenten ¡¡¡OIGHTTT, ¿pero tú qué coño te has hechoooo?!!!".

Pues el Sinotrón se aplicaba a todo: niñas sin medio hemisferio, hiperactivos desenfrenados, autistas recalcitrantes, vagos de tomo y lomo, niño tipo "oye, ¿has comido? -mirada en silencio... un segundo, dos, tres... y contestación: ¿cuál fue la pregunta, profe?" ... ¡¡¡al Sinotrón!!!. Un cajón de sastre donde cabía todo. No dudo de la buena intención... pero se necesita algo más que buena intención. No se trata sólo de crear expectativas maravillosas y extraordinarias y potitas. Muy potitas.

Por cierto, que el Sinotrón costaba lo que su nombre indica... un cojón de pato. Y los programas de Ayuda al Desarrollo de la Inteligencia, el otro. Del mismo pato.

No me burlo de los chavales. Yo mismo soy una biografía con mucha fe de errotas. Me educaron los padres jesuitas y tengo en la cara más huellas dactilares que la INTERPOL, pero si llego a caer en manos de la Siniestra Sinotrón estoy seguro que ahora me estaría haciendo la raya del pelo a lápiz o a bolígrafo.

Es un tema muy delicado éste de la integración escolar Josecar. Mucho. Dependen muchos factores: la calidad de los padres -como los tuyos, o como la suegra de Adri (por cierto, vaya revolcón te dio ayer, eso en Kárate se llama "Preston Llave", es aquella que, una vez que te la han hecho, abres los ojos y ves tus propios testículos delante de tus propios ojos: un nudo de miembros difícil de describir...); también la calidad, preparación y profesionalidad del profesorado que debe aunar uniformidad con diversidad en un aula (eso sí que es de Preston Llave); de los medios e interés del centro: horarios (no se puede atender nada ni nadie cuando tienes que dar 25 horas semanales de clase -Lengua, Historia, Religión...-, acompañar tu curso a la plática, cuidar el estudio mientras unos van a Misa (a "Misasuntos") preceptuar a 23 fieras, recibir a los padres, y fuera de horario algún petardo/a que te viene con que su hijo no puede hacer educación física por tiene mocos, y que qué pasa, que yo donde pago me cago, vigilar el comedor (así te sale de gratis la comida del colegio, y eso que te ahorras), sustituir al pedazo de cabrón que se ha ido de convivencia, o de retiro, o con su prima la del pueblo, y te endilgan ocho horitas más y una palmadita de "¡venga, campeón, que pa eso estamos!, por el Padre". Y te piden, a más a más, que rellenes el parte de preceptuación, con tus crucecitas marcadas conforme has preceptuado todos tus chicos dos veces por mes (por cierto, que allí las colaba, lo de poner las x, hasta el mismísimo san Juan Mª Vianney). O te viene un mingatriste de Madrid apretando con los Equipos Técnicos y que hay que hacer la programación corta de Lengua, de los BITS de Inteligencia, de los rincones del aula y del Monomio de la Bernarda...

Y no acaba aquí la cosa, Josecar, no te vayas tú a pensar. Un día cualquiera, sin avisar, se te presenta un cura de Madrid, uno de esos que van en bicicleta de un solo piñón y te sube el Tourmalet sin pestañear, y, venga, reunión a las cinco de la tarde. Y, emocionado, porque no hace otra cosa que chutarse con La Historia de un Sí y alta teología, teología de la buena, hijos míos, tipo folletos de Mundo Cristiano Juvenil, y está más fresco que una lechuga, te mete una soba sobre la importancia de la dirección espiritual, las pláticas, la frecuencia de sacramentos, la devoción a nuestro Santo Fundador, la importancia del agua bendita en nuestros oratorios , el cuidado de la liturgia, el fomento del Vía en los niños , la incidencia de los mass media en los hábitos impúdicos de nuestros alumnos, los remos de la barca de Pedro, el trato con el Custodio del Colegio, la conveniencia de leer vidas de santos, la asistencia a los clubes y Juan Pablo II te quiere todo el mundo, ¡¡¡TOTUS TÚS, TOTUS TÚS!!!... que, claro, sales de allí, y te encuentras con el de "¿cuál fue la pregunta?, o con un papi decepcionado porque no educamos en la integración, y no los mandas a hacer gárgaras porque el que necesita un Programa de Ayuda al Desarrollo de la Inteligencia eres tú.

Y un chute de Sinotrón. Sinotrón, en tu culo campeón.

Por cierto , Josecar, ¿qué tal te fue la conferencia?. ¡¡¡Te pillé!!!

Predica


Nos escribió Conchita Regojo. Yo pensé que era un seudónimo , algo así como el masculino de Rejalgar , pero no: existió Conchita Regojo. Me acordé de una corrección fraterna que me hizo un sacerdote cuando en una charla cité a Dorotea de Chupitea -creo que hoy es beata- nombrándola como Dorotea Chúpatesa. Bueno, no fue exactamente una corrección fraterna. El tío no se esperó ni a consultarla. Allá mismo, delante de la peña, me metió un paquete sobre que a las personas santas hay que tratarlas con respeto y tal. Pero, ¿qué culpa tengo yo de que se apellide Chupitea?. Suena a vasito de licor en vasco: dame una chupitea de orujoa, Txomin.

A lo que iba. Conchita Regojo comienza directamente en vena: que mala LECHE tenéis. Y después, sin audiokinetrón que pueda con ella, se pone en plan "soy una mula, mi niño, mi niñooooo...". Con zapateado y soltándose la melena. Como, dicen, que comentó un conocido escritor viendo bailar en directo a Lola Flores: "¡joé, parece el Cristo de Velásquez cabreado!"

Conchi, no te enfades, arréglate, te sienta bien ese vestido gris. Se puede escribir lo mismo de otro modo y quedas fetén. No generalices. Esto es un foro donde cada uno dice la suya. No todos pensamos del mismo modo, ni todos, aunque nos unan años en una institución, la vemos igual. En una correspondencia comenté que yo había sido muy feliz en mis años en la prelatura -y es cierto-, y al día siguiente me contestó otro diciendo que él para nada. Bueno, pues qué le vamos a hacer.

A mi que la gente sea del opus me parece muy bien. Vamos, ni bien ni mal. Allá dentro hay muy buena gente -y ese no es el problema. Pero a uno le da la impresión, el tufillo, de que hay muchos dentro que les cuesta dar el paso de salida, de decir "oye, que me voy, que esto no es lo mío" porque hay toda una tela de araña de frases, proverbios, refranes, mensajes, profecías y malasventuras, que les atenazan, les paralizan y les castran. Y eso no puede ser. Eso no está bien.

Y esa es una de las funciones que tiene esta página: que vean, que sientan, que palpen, que muchísimos hemos salidos y somos gente normal y razonablemente feliz, que no es verdad que fuera del opus no hay más que tristeza y decepción, que no es verdad que somos unos cerditos buscando su pequeño placer, que no es verdad que nos jugamos la felicidad terrena y, quizás, la eterna, que no es verdad que no sabremos amar y que todo nos parecerá una mierda.

Y por mucho de Dios que diga que es el Opus, por muchas bendiciones de Papas, de Cardenales, obispos, curas, monaguillos que tengan, por muchas campanas que oigan, por muchos milagros que le adornen y por mucho que Escrivá no fundara nada porque el Opus se lo insufló el mismísimo Dios, no se puede mentir así a la gente, no se le puede acojonar así al personal. No se puede insistir una y otra vez que basta ver la vocación -vocación , dicen, que es una auténtica llamada de Dios personal y directa- una vez a en la vida y a los catorce, quince o dieciséis años para no dudar nunca más de ella. Es un tema muy grave éste, muchacha que vives de rentas. Muy grave. Y algunas de las consecuencias de esta siembra de miedo se leen en estas páginas. Demasiados enfermos del espíritu, demasiadas depres sin sentido y alguno/a pasado de vueltas.

Por eso te digo, y te lo escribo de verdad y de corazón, yo defiendo al que siga su camino porque ése es su camino, pero defiendo también -con toda mi mala leche- al que vea que no es su camino, al que lleva tiempo que no da una, que está enfermo, o ciego, o muy triste,..o, sencillamente, que quiere irse. Y tiene miedo. Pues a ése le digo que, venga, que zapatilla.

Que en el otro lado le está esperando, también, Dios. Y que no es verdad que pasa algo. No pasa nada.

Más aún sí de ya todavía te diré. Aquí no se inventa nada. Son muchísimos los testimonios que se basan en escritos del propio fundador, en textos entrecomillados y con referencias a su correspondiente cita, ya sea de alguna glosa, del libro de meditaciones o del catecismo de la opus. ¿Quién inventa las frases del rejalgar, de que no se da un duro por el alma de uno que abandona y tira su vocación...?. Y no sigo porque se cuentan por decenas las profecías del acojonamiento divino.

¿Hay cosas buena en la opus?. Pues sí, Conchita, sí, las hay. Pero también malas, muy malas y perversas. Y hay que ir a por ellas. ¿Rendirse?,nunca. No vale justificar la historia subrayando los defectos personales de los putos humanos para salvar la institución y su pretendido origen sobrenatural. No, no: hay cosas que no se pueden dejar escritas para que una banda de insensatos, ingenuos y fanáticos las tomen como auténtica Palabra de Dios, porque la arman. Recuerdan al "ciegos que guían otros ciegos..."

Los lenguajes en la opus son muchos, variados y calculadamente dirigidos a distintos sectores. Los códigos de interpretación son muy distintos según seas numerario, agregado, supernumerario o cooperador. No a todos se les dice todo, ni de la misma forma, ni con el mismo sentido. No a todos se les predica las mismas doctrinas. Se cuentan por miles los supernumerarios que se enteran de la mitad de la mitad. Auténticos durmientes que van a lo que van, cumplen lo que cumplen, cuentan lo que cuentan y asisten a lo que asisten. Un cachondeo. Principalmente son los que se escandalizan al leer esta página; esos y cooperadores, o gente que confunde ideología con fe y mezcla el PP, la COPE, el opus, las reliquias de Santiago, Paloma Gómez Borrero y Crónicas de un Pueblo.

Pero ex numerario/as y ex agregado/as, numerario/as y agregado/as, pocos. Es difícil rebatir textos escritos.

Para muchos la fe, así en pequeñito, está engarzada a lo cultural, a lo político y a la cosa pública. Se es católico como se pudo ser animista si llega a nacer en Boswuana, o musulmán en Turquía. Me tocó esto. Y junto con la fe -unas creencias, unos mandamientos, una liturgia-, se cumplen con unos ritos donde todo es blanco o negro. Se es de derechas, o demócrata cristiano, o nacionalista, se obedece ciegamente al líder, al programa y a las consignas del momento, no se duda de la eficacia de los programas, aunque su estulticia sea planetaria : muchos semáforos y pocos criterios.

En la opus, y no sólo en la opus, hay bastantes supernumerarios que son gente conservadora, de orden. Son del opus como podrían ser de la cofradía de María de Magdalena Ortiz de Landázuri y Chavela Vargas. Es una pertenencia donde prima más la adhesión que el amor, la uniformidad por encima de la aventura personal, la seguridad a la sorpresa.

Cuentan que viendo Escrivá de Balaguer y Albás una penícula de guerra, en una escena donde cienes y cienes de paracaidistas caían desde un avión en tierras enemigas, el santo se incorporó y dijo "¡¡¡eso es el opus dei!!!, un grupo de soldados que caen en tierras enemigas que hay que conquistar para Cristo. Cada uno solo, con su fusil, su mapa con las instrucciones y solo. Y el que regresa, regresa.".

Quizás tuviera razón y eso tendría que ser el opus, pero qué lejos ha quedado de esa idea. Ahora son la guardia real, con sus plumitas, sus pantaloncitos coloradines, sus borlas de purpurina y su paso de la oca.

Ser cristiano, se ha dicho, es ser revolucionario del amor. Ser cristiano tiene mucho de ingenuidad, de locura, de eso que los listos, también dentro de la iglesia, llaman "hacer el gilipollas". Es imposible vivir la Fe de verdad y no hacer el gilipollas. Te las dan por todos los lados.

Al opus no le escandaliza que bastantes miembros supernumerarios, especialmente en Latinoamérica, vivan a un ritmo de vida de marajás. Un ritmo que el la P. M. H. ( la Puta Maravilla Hindú). Tipos que se van de safari a África, por ejemplo, y de paso visitan los restos del marqués, y aquí no pasa nada. No es un ejemplo cualquiera éste. Y a esa gente le importa un comino si en orejas se dice la verdad o no. Para ellos el Opus es una maravilla. Fallarán las personas, pero la institución no. Nunca. La prelatura es de origen divino, no como otros... Hombre, a mi también me gustaría vivir como un manguta y que, encima, me tengan asegurado el cielo....Tiene gracia como les gusta predicar eso de que hay gente muy mala que Dios no castiga en vida y le permite todo tipo de excesos y placeres regalados porque después, en la vida etenna les van a dar pal pelo con sopletes y todo tipo de fogones....

¡¡¡Ayyyy, Conchita, que no sé quién tiene más mala leche!!!

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Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?