RECUERDOS DEL CAMINO
Autora: Carmen Charo Pérez de San Román
Numeraria del Opus Dei de 1972 a 1990
INTRODUCCIÓN
Me llamo Carmen Charo Pérez de San Román,
fui numeraria desde agosto de 1972 hasta abril de 1990,
en que escribí una agradecida y cariñosísima
carta de dimisión, sometida a la presión y
al engaño por la directora de la delegación
de Valencia en ese momento.
Quiero dejar claras dos cosas:
El daño tan grande sufrido durante los años
de pertenencia a la obra (lo escribo con minúscula
porque no creo que se merezca más) se debe no sólo
a la perversidad de dicha institución, sino, y sobretodo,
a la experiencia vivida en mi infancia. Verdaderamente ahí
está la raíz y el comienzo de todos mis malos
pasos.
Esto no excluye de responsabilidad ni de maldad al Opus
Dei, del que sostengo que es perverso y anticristiano.
Carmen Charo
Queridos todos:
Os hago llegar el testimonio de mi vida, desde mi infancia
hasta mi salida de la obra. Lo escribo con total sinceridad.
Pretendo contar los sucesos y mis vivencias tal y como los
recuerdo. No pretendo ninguna revancha contra la obra, ni
justificarme yo, es más, creo que yo no quedo, muchas
veces, precisamente bien.
Escribo para intentar entender, yo misma, qué pasó
en mí para vivir tantos años aniquilándome
como persona.
Escribo para unir mi testimonio al de tantos y demostrar
que la obra no es una obra divina, sino una gran mentira que
me ha hecho gran daño a mí como a tantos otros.
Escribo para que mi experiencia pueda servir de ayuda a quienes
están cerca del Opus Dei y dudan.
Me identifico con mi nombre y apellidos y doy también
los nombres de los centros y ciudades por donde pasé
ya que no tengo por qué ocultar nada. No tengo miedo,
aunque sé que muchas personas han sufrido una persecución
durísima.
Me gustaría, con este testimonio unirme a una de las
Orejas, Agustina, que ha tenido que dar la cara por todos.
Yo también quiero ponerme de pie y decir a todo el
que quiera escuchar, que aquí estoy, viva y bien viva,
felicísima de VIVIR y agradecida hasta el infinito
de haberme marchado de ese Infierno, de ese lugar de aniquilación
que, para mí, ha sido el OPUS DEI.
Sin semejante experiencia de muerte a todos los niveles,
hoy me sería imposible disfrutar de la vida como lo
hago, poder intuir la hondura de la vida humana, el valor
de la persona, cualquier persona, comenzar a experimentar
a Dios en todo mi ser.
Queda una tercera parte, la de mi renacimiento. Me está
costando escribirla, ya que yo he ido saliendo adelante por
la propia vida, de la mano de Dios, sin la ayuda de un análisis
psicoterapéutico exhaustivo y profundo. Así
que he decidido dejar esta parte para más adelante,
cuando sea capaz de analizar de forma sintética cómo
he sido capaz de renacer.
Sólo quiero decir que hoy me encuentro humanamente
mejor que nunca, feliz de vivir cada día mi vida, de
ser dueña de ella, consciente de cada decisión
que tomo. Quedan también en mí muchas secuelas
del daño sufrido en mi infancia y en los años
en la obra. Quedan muchas cosas por recomponer en mi personalidad
humana y en mi vida espiritual. Creo que necesito un tiempo
para poder poner orden en mi cabeza y poder compartir con
todos vosotros mi experiencia actual.
Me gustaría que os sintierais en la libertad de hacer
los comentarios que os surjan y que me puedan ayudar.
¡Gracias por todo a todos los que cada día participais
en esta página compartiendo vuestra vida con todos!
¡Un fuerte abrazo para cada uno!
Carmen Charo
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