LA
PASIÓN SEGÚN MEL GIBSON
Por Prebistero Eduardo de la Serna (Dr. en Teología)
19/05/04
Fuente: www.pagina12web.com.ar
Puesto que muchos miembros de la iglesia han dado su opinión
favorable con respecto a la película La Pasión
de Cristo de Mel Gibson, como miembro de la Iglesia, también
yo quiero manifestar mi opinión exactamente en contrario:
Creo que la película está llena de errores
históricos, lo cual no me parecería importante
si no se la presentara como una presentación de lo
ocurrido. Un artista, en aras de su mensaje, puede perfectamente
modificar la realidad histórica, pero en ese caso deja
claro que su interés no es realizar una suerte de documental,
con diálogos en las lenguas originales
(¿latín? ¿En Palestina?). Todo trabajo
histórico debe basarse en fuentes lo más objetivas
o seguras posibles, o en una mirada crítica de las
fuentes. Nada de eso ocurre en la película. Si se hubieran
utilizado fuentes serias, por ejemplo, no se hubiera podido
presentar a Pilatos casi como si fuera un cristiano más.
Son preocupantes los errores bíblicos, como es para
comenzar el uso de los relatos de los Evangelios como
fuentes históricas; la falta de las necesarias mediaciones
entre lo que (aparentemente) se dijo y la diferencia con lo
que eso hoy nos quiere decir; la selección de textos
es algo razonable cuando los hay diferentes y hasta contradictorios
u opuestos, pero no debe perderse de vista el objetivo y causa
de esa tal diferencia. Ya desde el comienzo se cita al profeta
Isaías dándole una cronología inexacta,
se identifican personajes que no pueden aceptarse en su identificación
(la Magdalena, por ejemplo), y por sobre todas las cosas,
la lectura bíblica que se realiza es evidentemente
fundamentalista (la Comisión Bíblica Vaticana
llamó a la lectura fundamentalista de la Biblia en
1993, un suicidio del pensamiento).
Y lo que me parece más preocupante es el cúmulo
de error es teológicos. En ningún momento queda
claro por qué le pegan tanto a Jesús. Y tampoco
queda claro que él padece esto por amor. Lo que es
evidente horrorosamente evidente es que esto lo
padece y así ocurre porque así Dios lo
quiere. Jesús lo afirma repetidas veces, en la
película. Lo que Dios afirma, a lo largo de todo el
film, es que quiere por motivos que desconocemos
que su Hijo amado sea flagelado, torturado, burlado, azotado
y crucificado. Aunque queda claro que eso es Dios el que lo
quiere, ya que si el que lo hace es el mal ladrón,
inmediatamente un cuervo le saca los ojos. Este Dios sanguinario,
sediento de la sangre de su Hijo (también lo ve así
Saramago en El Evangelio de Jesucristo, pero al menos, éste
tiene la salud mental de ser ateo de este Dios terrible) no
sabemos por qué quiere todo esto de su Hijo. Curiosamente
(en realidad no es curioso en un cristianismo preconciliar.
Lamentablemente), lo que es evidentemente una palabra
de Dios en medio de to do el drama de la Pasión,
que es la resurrección, sólo ocupa 42 segundos
y superficiales de la película.
Tendría mucho más por decir (y lo he dicho),
como la paupérrima imagen de la Virgen María,
el antisemitismo, la pésima calidad artística,
el sadismo enfermo que necesita mostrar todo, incapaz de sugerirlo,
y muchas otras cosas más. Creo, en suma, que La Pasión
es una película.
Arriba
Volver
a Recortes de prensa
Ir
a la página principal
|