La concesión de la parroquia de San Ildefonso al
Opus Dei causa malestar entre feligreses.
Algunos padres trasladarán
la catequesis para que sus hijos no sean «manipulados»
INES GALLASTEGUI GRANADA
IDEAL - GRANADA 25-01-99
La decisión de arzobispo de Granada de entregar la
parroquia de San Ildefonso al Opus Dei ha provocado malestar
entre los feligreses, que han mantenido su primer contacto
con los tres nuevos sacerdotes. Padres de niños que
preparan allí la primera comunión buscan otras
iglesias que acojan a los grupos de catequesis, ya que no
desean que sus hijos sean «manipulados» por la
'Obra'. También lamentan que el arzobispado no les
haya consultado el cambio y deje al antiguo párroco
sin trabajo.
Un portavoz del arzobispo justificó la decisión
de Antonio Cañizares de encargar este «servicio»
a la prelatura del Opus en la escasez de sacerdotes en la
diócesis y en la disponibilidad de la Obra para hacerse
cargo de la parroquia.
Los padres de los niños, unos cuarenta alumnos del
colegio Cristo de la Yedra, están buscando otras parroquias
donde seguir preparando los grupos de catequesis, ya que la
mayoría se niega a quedarse en una iglesia dirigida
por el Opus Dei. Los catequistas, por su parte, están
dispuestos a seguirles.
«Si fueran mayores, no habría tanto problema.
Pero son niños, que son más maleables. No quiero
que manipulen a mi hijo», señaló ayer
una de las madres. «Esto es una jugarreta», apuntó
otra, que lamentaba que el arzobispado deje sin trabajo concreto
a Manuel Moreno, párroco de San Ildefonso desde hace
más de diez años. Moreno, que según algunos
feligreses trabajará como «correturnos»
en otras iglesias de Granada, no quiso hacer ningún
comentario.
Manuel Sánchez, padre de un niño que prepara
su primera comunión y miembro de la comunidad parroquial
desde hace 14 años, afirmó que la mayoría
de los feligreses está «totalmente en contra
del procedimiento» utilizado por el arzobispo para adjudicar
esta iglesia al Opus. «Eramos muchos los que creíamos
que debía haberse nombrado a alguien para ayudar a
Manolo -el antiguo párroco, de 73 años-, porque
hay mucha tarea pastoral, social y sacramental en el barrio».
A su juicio, quizá el cura necesitara apoyo por su
avanzada edad. «Pero no esto», lamentó.
Alejado de la realidad
Sánchez criticó que Cañizares no haya
«sondeado» a la comunidad parroquial. Aunque la
iglesia de San Ildefonso tiene cierta tradición progresista
-durante la transición era conocida por su apertura
hacia el movimiento obrero y estudiantil-, Sánchez
afirmó que en esta comunidad hay ahora «progresistas
y conservadores», pero todos comparten «una forma
de entender la fe» -«fiel al Evangelio»
y «con la pobreza como ideal»- que no se adapta
a la línea de la Obra. «El Opus mantiene por
ejemplo que Adán y Eva son un hecho histórico.
Darle a un niño ese tipo de conocimiento catequético
está muy alejado de la realidad», dijo. En opinión
de este feligrés, la prelatura «limita mucho
la libertad» y algunos de sus miembros tienen un «comportamiento
sectario. A la gente que entra en su ámbito le es muy
difícil abandonarlo». También reconoció
a los seguidores de la Obra algunas virtudes, como su «buena
predisposición a la oración». «A
Dios rogando y con el mazo dando», replicó otra
de las madres.
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