LA PRODIGIOSA AVENTURA EL
OPUS DEI.
GÉNESIS Y DESARROLLO DE LA SANTA MAFIA
Jesús Ynfante
CAPÍTULO II: LAS BASES DE
RECLUTAMIENTO
3. El Opus Dei en la enseñanza superior
Aun estando separado de la universidad, el CSIC era considerado
un organismo universitario. La penetración realizada
por la Obra de Dios en la enseñanza superior se realizó
principalmente a través de lo que algunos denominan
con acierto "el asalto a las cátedras universitarias".
Los objetivos que alcanzaron los socios del Opus Dei con
la penetración lenta y progresiva en el escalafón
universitario fueron, en los primeros años, objetivos
de prestigio; aunque luego parte de ellos fueran enviados
a Pamplona para legalizar con su status de catedrático
numerario, la situación de la Universidad de Navarra.
En este sentido la Universidad de Navarra también
representó un fortalecimiento para el Opus Dei; pues
no hay que olvidar que el catedrático "crea escuela",
la cual a su vez se dispersa, apoyándose mutuamente
sus miembros en las nuevas oposiciones. Los catedráticos
socios del Opus Dei, insertados en este mecanismo social,
lo reforzaron con los métodos de apostolado que habían
conocido durante su aprendizaje dentro del aparato burocrático
de la Obra de Dios.
Aquello que Ibáñez Martín llamó
"abrir de par en par las puertas a una generación
no contaminada de pasados errores" iba a afectar en primer
lugar a las cátedras universitarias. Gran parte de
los hombres capaces de España, la mayor riqueza que
un país posee, hijos del pueblo o que sólo habían
incorporado a su lucha, fueron exterminados. Los fusilamientos,
la cárcel, la depuración, fue el precio que
pagaron en España quienes habían luchado contra
todo lo que Franco representaba. El panorama de las cátedras
era desolador, principalmente en Madrid y Barcelona, donde
enseñaban los hombres más valiosos, y sus cátedras
eran las más preciadas. El estado subsiguiente en que
quedó España tras la guerra y el "impasse"
político inicial de la segunda guerra mundial imposibilitó
en un principio el funcionamiento normal de la universidad
y de las cátedras universitarias.
La solución de urgencia fue el traslado a Madrid y
Barcelona de mediocres catedráticos de provincias partidarios
de Franco. "Es la época - como dice Antonio Fontán,
militante del Opus Dei - en que llenan las filas semivacías
de los claustros madrileños con la flor y nata de las
universidades de provincias." [A. Fontán: "Los
católicos en la Universidad española actual".
Rialp. Madrid. Calvo Serer ha relatado una escena que tuvo
lugar hacia 1950 en la embajada de España ante la Santa
Sede: cuando en presencia del embajador Ruíz Jiménez,
alguien dio a entender ante Escrivá que el Opus Dei
iba al asalto de las cátedras universitarias utilizando
toda especie de procedimientos, el fundador replicó
agriamente que no veía como jóvenes bien dotados
y consagrados a la Iglesia podían interesarse en ocupar
injustamente puestos de profesores en oscuras universidades
de provincia con riesgo de comprometer su salud eterna por
un salario irrisorio (Daniel Artigues)]
Con Ibáñez Martín en el Ministerio de
Educación nacional, los escasos, socios del Opus Dei
no se beneficiaron de los traslados tanto como de las nuevas
oposiciones que iban a ser convocadas para recubrir los huecos
en el escalafón de catedráticos.
Se ha polemizado y vertido mucha tinta sobre el procedimiento
de las oposiciones para catedrático en España
y en donde se utiliza, desde el siglo pasado, el mismo mecanismo:
el opositor a cátedra debe pasar una serie de pruebas
ante un tribunal compuesto de cinco miembros. La diferencia
con épocas anteriores estribó en que Ibáñez
Martín, en calidad de ministro de Educación,
nombraba a dedo entre 1940 y 1951 los cinco miembros del tribunal,
saltándose así todos los reglamentos que establecían
un turno entre los catedráticos numerarios de universidad
para figurar como miembro en los tribunales de oposiciones.
Este método expeditivo favoreció, sobre todo,
a los socios del Opus Dei que ocupaban, desde la plataforma
del CSIC, una posición inmejorable cuando se iniciaron
las primeras oposiciones, que pronto se convirtieron en una
operación política: el asalto de las cátedras.
No sólo fue el Opus Dei quien comenzó a aprovechar
el vacío que existía en 1939 en la universidad
española. La ACNP, por su parte, también inició
el asalto de las cátedras. El Centro de Estudios Universitarios
(CEU) constituía en 1941 un vivero de catedráticos
de Derecho (en sólo dos años varios de sus profesores
habían ganado oposiciones a la Universidad). La consigna
del presidente de la ACNP fue entonces: "Opositar a cátedras".
Martín-Sánchez Juliá decía también
en 1941: "Nos falta el vivero de catedráticos
de otras Facultades y de Institutos, y yo os ruego que me
ayudéis a procurar que surja." Y pronto - cuenta
A. Fontán, miembro del Opus Dei y rival de la ACNP
- hubo catedráticos propagandistas de filosofía,
literatura, ciencias políticas, económicas y
veterinaria.
Sobre la convocatoria de nuevas oposiciones, observamos que
estas oposiciones se realizan tardíamente y de un modo
irregular porque la misma devastación de las cátedras,
consecuencia del fusilamiento, el éxodo y la depuración
de catedráticos republicanos, hizo aún más
difícil el intento por parte del régimen franquista
de poner otra vez en funcionamiento la universidad española.
Puede asegurarse que hasta la promulgación, en 1943,
de la ley de Ordenación universitaria no funcionaron
con normalidad las cátedras y las universidades españolas.
(Fuente: Escalafón de catedráticos numerario
de universidad. Ministerio de Educación Nacional. Madrid,
1964.)
Los datos muestran que hasta octubre de 1940 no tienen lugar
las primeras oposiciones y que después, durante cuatro
meses de 1941 (febrero, marzo, abril y mayo), no se convoca
ninguna oposición. No conviene olvidar que en aquel
tiempo los concursos no se declaraban desiertos: oposición
convocada equivalía a cátedra ganada por alguno
de los concursantes. [Según A. Fontán, en
la obra citada, de 1939 a 1959 se elevaron de setecientas
a novecientas el número de cátedras universitarias
en España. A este número deben añadirse
las cátedras vacantes por causa de la guerra civil.]
La alta proporción entre las oposiciones libres y
las oposiciones auxiliares se mantuvo parecida en 1940: 26-10;
en 1941: 20-8 y en 1942: 22-11; ingresando los dos primeros
miembros del Opus Dei por medio de oposiciones auxiliares:
José María Albareda Herrera y Ángel Santos
Ruiz "ganaron" ambos la fácil oposición
en noviembre de 1940. Y si analizamos el número de
cátedras por trimestre de los cuatro primeros años
de la postguerra observamos que salvo el fuerte arranque inicial
(noviembre de 1940), el número de oposiciones a cátedra
se mantiene todavía elevado hacia 1942 y hasta algún
tiempo más tarde el ritmo de convocatorias no llegará
a descender manteniéndose desde entonces a un nivel
medio considerado normal.
Los primeros miembros del Opus Dei, en las oposiciones a cátedra,
aparte Albareda y Santos Ruiz, aparecen en 1942: González
Barredo en el mes de abril; Botella y Orlandís en mayo;
Calvo Serer, Rodríguez Casado y Jiménez Vargas
en junio; y Díaz Domínguez en julio del mismo
año, aunque el enrolamiento de éste último
en el Opus Dei posiblemente tuvo lugar más tarde. Es
el primer ataque en tromba a las cátedras por parte
de los escasos miembros del Opus Dei. El reconocimiento legal
del obispo de Madrid-Alcalá, Eijo y Garay, como "pía
unión", el l0 de marzo de 1941, había sido
una inyección de ánimo para todos ellos.
Por otra parte, es revelador el hecho de que tres de los
siete nuevos catedráticos opusdeistas, Francisco Botella,
Jiménez Vargas y Calvo Serer, junto con Lain Entralgo,
también catedrático en 1942, proviniesen de
Burjasot.
Considerado como "colegio de superdotados", el
Colegio del Beato Ribera, de Burjasot, situado en los alrededores
de Valencia, alberga becarios que cursan estudios universitarios
y que gracias a una selección mantienen un alto nivel
de rendimiento intelectual que ha dado fama al colegio. Junto
con Calvo Serer, Botella y Jiménez Vargas, por Burjasot
han pasado Suárez Verdeguer, López Ibor, Lain
Entralgo, Palacio Atard y otros astros de la "intelligentsia"
española.
Fundado por el arzobispo Juan de Ribera en el siglo XVII,
el Colegio de Burjasot fue en la postguerra uno de los clásicos
lugares donde el Opus Dei ha reclutado sus miembros. A ello
colaboraba Antonio Rodilla, uno de sus promotores. Desde el
final de la guerra civil, no ha habido curso en el que alguno
que otro huésped del colegio no haya ingresado en el
Opus Dei. [Artigues señala que en la década
de 1950 el Opus Dei intentó infiltrarse metódicamente
en Burjasot y que dos o tres becarios miembros de la Obra
de Dios intentaron, a espaldas del director, hacer ingresar
otros fieles del Opus Dei. Pero la maniobra fracasó
finalmente a causa de la actitud firme de los otros pensionados.
(Daniel Artigues: Op. cit., nota 7, p. 130.) Esta versión
no concuerda con el testimonio de residentes y exresidentes,
para quienes la penetración del Opus Dei en Burjasot
ha sido lenta e ininterrumpida]
A fin de poder observar con más precisión el
llamado "asalto a las cátedras", ofrezco
a continuación una lista, por supuesto nada exhaustiva,
de sesenta catedráticos numerarios de la universidad
española vinculados al Opus Dei. Entre ellos se encuentran
socios militantes del Opus Dei y algunos exsocios como Céspedes
del Castillo e Ignacio de la Concha; viejos catedráticos
incorporados como Cabrera Felipe o López Ibor u hombres
que, tras ser aupados a la cátedra por el Opus Dei,
lo han abandonado luego como Jordano Barca o N. Ramiro Rico;
pero todos han poseído o poseen una clara vinculación
al Opus Dei, ya sea como militantes o como simpatizantes,
que les hace acreedores a figurar en la lista, en la que figura
el año de su nacimiento y el año que ganaron
la cátedra.
Cuadro 2. Catedráticos numerarios socios y exsocios
del Opus Dei.
Año De Nacimiento la cátedra/Año
que ganó
Alastrué Castillo, Eduardo 1913 - 1944
Albareda Herrera, José María 1902 - 1940
Alvarez de la Vega, Félix 1921 - 1950
Amat Bargues, Miguel 1910 - 1943
Arellano Catalán, Jesús 1921 - 1946
Balbín Lucas, Rafael de 1910 - 1943
Balcells Gorina, Alfonso 1915 - 1955
Baquero Goyanes, Mariano 1923 - 1949
Benitez Claros, Rafael 1919 - 1953
Botella Raduán, Francisco 1915 - 1942
Burillo Loshuertos, Jesús 1934 - 1964
Cabrera Felipe, Juan 1898 - 1920
Calvo Serer, Rafael 1916 - 1942
Candau Parías, Alfonso 1922 - 1957
Casas Torres, José Manuel 1916 - 1944
Céspedes del Castillo, Guillermo 1920 - 1949
Comellas García-Ueva, José Luis 1928 - 1963
Concha Martínez, Ignacio de la 1916 - 1944
Cotorruelo Sendagorta, Agustín 1925 - 1960
Díaz Domínguez, Diego 1899 - 1942
Ferrer Regales, Manuel 1927 - 1958
Floristán Samanes, Alfredo 1924 - 1955
Fontán Pérez, Antonio 1923 - 1949
Fuenmayor Champín, Amadeo de 1915 - 1943
García Hoz, Víctor 1911 - 1944
Garrido Arilla, Luis María 1930 - 1959
Gibert Sánchez de la Vega, Rafael 1919 - 1950
Gil Munilla, Octavio 1922 - 1949
González Álvarez, Ángel 1916 - 1946
González Barredo, José María 1906 -
1942
Guaita Martorell, Aurelio 1922 - 1958
Hervada Xiberta, Francisco Xavier 1934 - 1964
Jiménez Vargas, Juan 1913 - 1942
Jordano Barca, Juan 1924 - 1961
Larralde Barrio, Jesús 1920 - 1951
Lombardía Díaz, Pedro 1930 - 1958
López Ibor, Juan José 1906 - 1932
López Rodó, Laureano 1920 - 1945
Martín Pérez, Antonio 1919 - 1958
Millán Puelles, Antonio 1921 - 1951
Moreno Báez, Enrique 1908 - 1949
Orlandís Rovira, José de 1918 - 1942
Ors Pérez, Alvaro 1915 - 1943
Ortiz de Landázuri y Fernández de Heredia,
Eduardo 1910 - 1946
Peñalver Simó, Patricio 1919 - 1957
Pérez-Embid, Florentino 1918 - 1949
Ponz Piedrafita, Francisco 1919 - 1944
Pulido Cuchi, Francisco 1913 - 1952
Ramiro Rico, Nicolás 1910 - 1952
Rodríguez Casado, Vicente 1918 - 1942
Rodríguez Rodríguez, Federico 1918 - 1961
Sánchez Bella, Ismael 1922 - 1950
Sancho Rebullida, Agustín de Asís 1921 - 1961
Santos Ruiz Angel 1912 - 1940
Saumells Panadés, Roberto 1916 - 1958
Senté Pérez, Salvador 1918 - 1945
Siguán Soler, Miguel 1918 1962
Suárez Verdaguer, Federico 1917 - 1948
Ullastres Calvo, Alberto 1914 - 1948
Vilas López. Lorenzo 1905 - 1944
La media de edad de todos ellos, ligeramente superior a 31
años, resulta discretamente elevada sin forzar los
límites fijados convencionalmente, y que oscilan entre
25 y 35 años de edad, para un opositor a cátedra
normal, Agrupando las cátedras por años se observa,
a excepción de algunos años, una cierta regularidad
hasta nuestros días que desmonta la tesis del intento
por parte del Opus Dei de apoderamiento total de la Universidad
española, su incapacidad, su frustramiento y su "atrincheramiento"
posterior en Pamplona.
El Opus Dei, al contrario, sigue en nuestros días
colocando gradualmente socios suyos en las cátedras
y hasta ahora, no ha sufrido grave revés alguno: la
penetración de los socios de la Obra de Dios en las
cátedras universitarias españolas continúa
siendo lenta y progresiva.
Un análisis selectivo de los tentáculos del
Opus Dei no puede marginar un centro de enseñanza superior
tan típico de la sociedad neocapitalista como el Instituto
de Estudios Superiores de la Empresa en Barcelona. En el IESE
se han formado algunos de los mejores cuadros del Opus Dei
que a la cabeza de la mafia tecnocrática monopolizan
hoy prácticamente el aparato de Estado en Espacia.
El análisis del IESE sirve también para conocer
la penetración del Opus Dei en la sociedad española,
luego que el CSIC dejó de ser el nido político
de la Obra de Dios, en 1951, y entró en funcionamiento
la Universidad de Navarra de la que el IESE depende.
El Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE)
inició sus actividades docentes en octubre de 1958.
Su doble objetivo era: "Por una parte, contribuir a la
creación de una ciencia de la empresa fundamentada
en la integración de sólidos principios cristianos
y científicos; por otra, proporcionar a los hombres
de empresa, el conjunto de ideas y conocimientos que les permita
profundizar en la función profesional, social y humana
de su cometido." [Félix Huerta: "El IESE"
Nuestro Tiempo n° 136, octubre de 1965]
Para conocer el alcance del apostolado del IESE, centro de
enseñanza superior adscrito a la Universidad de Navarra,
conviene analizar, aunque sea brevemente, el poder social
que representan sus diplomados. Hasta 1965, después
de siete años de actividad docente, habían participado
en los "cursos de perfeccionamiento" del IESE, 796
hombres de empresa.
Instalado en Barcelona, el Instituto de Estudios Superiores
de la Empresa ha empezado a ocupar también un lugar
destacado en el abastecimiento de cuadros para la gerencia
de empresas españolas, especialmente en las de Cataluña.
Esta labor de "formación de nuevos dirigente"s
de empresas se inició durante el curso 1964-1965 utilizando
el Programa "Master" en Economía y dirección
de empresas que es una trasplantación completa del
"Business Administration" americano. (El IESE mantiene
desde su fundación estrechos lazos con la Harvard Business
School de la Universidad de Harvard.)
Treinta alumnos obtuvieron diplomas en el Programa "Master"
del primer año, y treinta y cuatro en el segundo. Los
participantes tenían en su mayoría algún
título universitario: de 34 alumnos en el curso 1965-1966,
había 14 ingenieros, 9 abogados, 6 economistas y otros
4 licenciados universitarios. En la admisión existe
un filtraje riguroso (en el curso 1964-1965 para 30 plazas
convocadas se presentaron 117 candidatos); aunque luego 22
de los 30 candidatos aceptados, es decir un 70 %, disfrutaron
de sustanciosas ayudas económicas.
En el IESE existe un comité que, con fondos donados
por empresas y personas vinculadas al Opus Dei, otorga cuantiosas
ayudas económicas. Por ejemplo, de los 22 alumnos subvencionados
en el curso 1964-1965, 13 lo eran con beca y el resto en concepto
de préstamos ["El Alcázar", 24
de junio de 1965] (895.000 pesetas en becas y l.935.000
pesetas en préstamos).
De acuerdo con las instrucciones que reciben los militantes
del Opus Dei y que resume la frase "que cada palo aguante
su vela", muy repetida por el Fundador, los responsables
del IESE iniciaron "la aventura" con un préstamo
de dos millones de pesetas del Banco Popular Español
y desde entonces han crecido gracias a sus propios recursos.
No se olvide que para todo socio del Opus Dei "un apostolado
deficitario es un mal apostolado". Veamos cómo
se desarrolló el presupuesto original: "El presupuesto
de funcionamiento del IESE, y no hay una peseta de inversión
en edificios, fue de dos millones el año 1958-1959,
primero de nuestra existencia, el presupuesto de gastos de
funcionamiento, de gastos no sujetos a ningún tipo
de amortización, fue de dos millones de pesetas; el
año 1959-1960 fue de cuatro millones; el año
1960-1961, de seis; el 1961-1962, de 10; el 1962-1963, de
13; el 1963-1964, de 18 millones. Sobre estas cantidades hay
las cantidades invertidas en edificios que utilizamos actualmente,
250.000 palmos en Pedralbes, con tres edificios. El primer
edificio puede costar alrededor de los 6 o 7 millones; el
segundo, 16; el tercero, 9; los terrenos, 10. Sumado, cifra
entre los 50 y 100 millones. El dinero de las inscripciones
ha llegado a cubrir cada año aproximadamente el 50
% de gastos, pero el otro 50 % del presupuesto de gastos,
más todo lo invertido en el inmovilizado, ha salido
en primer lugar de la gestión de los elementos directivos
del Instituto. Félix Huerta y yo [Antonio Valero]
hemos recorrido muchos kilómetros por el mundo pidiendo
dinero." [Memoria de la IV Asamblea de la Asociación
de miembros del IESE. Pamplona, 19 y 20 de octubre de 1964.
(Esta memoria de la IV Asamblea no se ha hecho pública;
solamente se ha facilitado a los miembros de la asociación.)
En Horizonte español 1966, tomo I, p. 247 y 252]
Este apostolado del Opus Dei entre los dirigentes de empresas
- que forma, a su vez, uno de los tentáculos de la
"mafia tecnocrática" - muestra claramente
su táctica de penetración en este medio concreto.
El núcleo de socios del Opus Dei en el IESE encabezado
por el tándem Félix Huerta-Antonio Valero constituyó
dos organizaciones paralelas (la Asociación de miembros
del IESE y la Asociación de antiguos alumnos) y los
clubs IESE. El reflejo de la estructura de la Obra de Dios
aparece hasta en los menores tentáculos: la Asociación
de miembros del IESE corresponde al núcleo motor del
Opus Dei, la Asociación de antiguos alumnos a la corona
intermedia y los clubs IESE a la corona exterior que acoge
a la masa de simpatizantes. A través de tentáculos
como el IESE, la Obra de Dios, la organización matriz,
ha penetrado en grupos y capas de la sociedad española.
En relación con la totalidad del aparato burocrático
de la Santa Mafia, la Asociación de miembros del IESE
está situada en el área de militancia. Para
Félix Huerta, "la Asociación de miembros
del IESE constituye el órgano específico que
encauza y realiza la continuidad de este labor permanente
de formación a la que tiende el Instituto [...] La
Asociación de miembros del IESE es agrupación
de espíritu, amistad y trabajo". Lo más
interesante es que sólo pueden pertenecer a la Asociación
de miembros los diplomados en el programa de Alta dirección
(dirigido exclusivamente a presidentes, directores generales
y a miembros de los consejos de administración) y los
profesores del IESE. [He aquí algunos miembros del
personal docente del IESE : Abadía, J. de Arder, Carlos
Cavallé, Francisco Domínguez del Brío,
Juan Manuel Elorduy, Farrán, José Figuerola,
Miguel Angel Gallo, Félix Huerta, Masifern, R. Meseguer,
Mustienes, José Ocariz, Pereira, Pérez López,
Rafael Pich, José María Rodríguez Porras,
Bartolomé Roig, Antonio Subirá, Juan José
Toribio, Antonio Valero y Juan B. Ginebra Torra] La Asociación
de antiguos alumnos agrupa, en cambio, a los diplomados "en
cualquiera de los programas". Los clubs IESE se plantearon
para cultivar el área de influencia y dar cobijo a
los "compañeros de viaje."
Los textos extraídos de la Memoria de la IV Asamblea
anual de la Asociación de miembros del IESE, celebrada
en Pamplona los días 19 y 20 de octubre de 1964, son
suficientemente reveladores para mostrar los designios, el
montaje y utilización de una complicada estructura
"apostólica" con diferentes niveles de prestigio:
"Es necesario intervenir en asociaciones de empresa,
institutos, sindicatos [...] Consideramos que es un deber
actuar de la forma necesaria para conseguir directivos en
estas instituciones [...]
Asimismo es necesario que las lleven por los cauces que señala
su propia razón de ser [...] Asimismo es necesario
crear las organizaciones colectivas que cumplan con las exigencias
del momento".
"Sin duda debe colocarse el granito de arena donde se
engendrará la perla. Y de ahí que sea interesante
considerar los medios adecuados para fomentar y facilitar
la promoción de empresas entre los miembros, o entre
éstos y otros empresarios. También la fusión
o asociación de empresas será un objetivo de
acción colectiva. [...] Se estima de interés
considerar los siguientes caminos para la difusión
de nuestra doctrina: 1) Posibilidad de hacer declaraciones
a la prensa detallando bien que [...] no es, ni mucho menos,
opinión del IESE o de la asociación [...] 2)
Posibilidad de hacer declaraciones dirigidas a la administración
y organismo correspondiente, con [...] las mismas salvedades
[...] 4) La creación de los clubs como fuente y plataforma
de la actividad social de los miembros."
"Esta dirección y sucesión [de los clubs]
estará sólo a cargo de los socios activos [que
deberán ser miembros del IESE]. En el consejo directivo
deberá haber siempre un representante del IESE [...]
Hagamos que pasen por el IESE los directores de empresas de
mayor calidad profesional entre nuestros amigos."
En el documento n.º 2 del Club IESE se dice: "El
órgano que ostenta la máxima autoridad dentro
del centro del club IESE, tanto en lo referente a gestión
como soberanía, deberá estar constituido en
su mayoría absoluta por miembros de la Asociación
de miembros del IESE, que serán a su vez los únicos
elegibles para cargos de presidente, vicepresidente y secretario
[...] Podrán ser socios de un centro de club lESE,
todas las personas que ocupen en una empresa mercantil posiciones
de alta dirección u ostenten cargos cuyas decisiones
puedan afectar al entorno económico-político-social
de las empresas mercantiles. El club recibirá apoyo
financiero del Instituto [...] "
El CSIC, sin embargo, siguió siendo la matriz del
Opus Dei hasta 1951. La experiencia más interesante
que realizaron los socios de la Obra de Dios durante los doce
años que usufructuaron impunemente su presupuesto,
fue quizá la revista "Arbor".
No sé quien dijo, sin duda algún orteguiano,
que cada vez que una generación se asoma al terrado
de la vida, parece que la sinfonía del mundo tiene
que atacar un tiempo nuevo. Los socios del Opus Dei, el grupo
de intelectuales de la Obra de Dios, ni eran generación
ni estaban aún en el terrado de la vida; pero tenían
dinero y medios suficientes en el CSIC para editar una revista
y entonces apareció "Síntesis".
En el artículo inicial, "Síntesis"
(como la revista), Raimundo Pániker exponía
su carácter y objetivos: "Una idea autónoma,
llena de ambición, independiente [...] y que surgía
como proyección de un empeño espontáneamente
unitario, lleno de potencia creadora, de poder renovador."
Su primer número estaba fechado en Barcelona en marzo
de 1943. Sus promotores eran Rafael Calvo Serer, Raimundo
Pániker y Ramón Roquer, es decir, parte del
equipo del Opus Dei que estaba instalado en la activa delegación
barcelonesa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas;
pero pronto, y por mediación de Fray José López
Ortiz, el esfuerzo se hace más ambicioso y toma forma
como revista general del CSIC. Es el nacimiento de "Arbor".
"Arbor" aparece en Madrid como revista trimensual
y órgano general del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, con el subtítulo de "Revista
general de investigación y cultura" y con el emblema
del árbol luliano de las ciencias en la portada. La
tirada del primer número, correspondiente a los meses
de enero y febrero de 1944, fue de 1.000 ejemplares. La dirección
de la revista, instalada en la sede central del CSIC, estuvo
en manos del que luego pasó a ser obispo de Tuy. Miembros
de la redacción de Madrid en esta época fueron:
Rafael de Balbín, Enrique Gutiérrez Ríos,
Alfonso García Gallo, Guillermo Lohman, José
María Sánchez de Muniain, María Jiménez
Salas, Dalmiro de la Válgoma, José Maldonado,
Ángel González Alvarez, etc.
En Barcelona, con Raimundo Pániker al frente, existía
otro grupo de redactores entre los que se contaban Ramón
Roquer y Jaime Bofill.
"Arbor" llevó una vida apagada en estos
primeros tiempos, y sólo gracias al esfuerzo de Balbín
y María Jiménez Salas, la revista pudo mantener
su existencia.
En octubre de 1946, se reorganiza la revista siendo designado
director José María Sánchez de Muniain
y, como secretario de redacción, aparece Calvo Serer
que había estado algún tiempo ampliando estudios
en el extranjero. En enero de 1947, Calvo Serer se marcha
de nuevo, esta vez a Londres, siendo nombrado secretario de
redacción Florentino Pérez-Embid. José
María Sánchez de Muniain, miembro de la ACNP,
abandona por entonces la dirección de la revista.
Ya se advierte el papel de aglutinador del CSIC y de la revista:
en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas
y actuando "Arbor" como señuelo ideológico,
muchos clerical-autoritarios de la universidad española
llegan a conocer el Opus Dei; todo ello envuelto en un silencio
y una discreción admirables. En las páginas
de "Arbor" van apareciendo nombres algunos de los
cuales llegarán a ser luego miembros relevantes del
Opus Dei: Federico Suárez Verdeguer, Juan Roger Verdeguer,
Angel López-Amo, Pablo Tiján, Alvaro de Ors,
Florentino Pérez-Embid, etc. Este último, testigo
principalísimo de estas captaciones, diría:
"Esto ya no fue fruto del azar, sino indicio del propósito,
más tarde consciente, de reflejar el cambio intelectual
que estos jóvenes empezaban a producir en la vida española."
[Florentino Pérez-Embid: "Breve historia de
la revista Arbor". Arbor, Madrid, marzo de 1952. Pérez-Embid
fue secretario de redacci6n de la revista desde enero de 1947.
"A partir de este momento - ha declarado él mismo
- mis noticias sobre la vida de la revista, sobre el funcionamiento
interno de la redacci6n sobre sus afanes o sus dificultades
internas o externas, tienen valor de testimonio."]
Calvo Serer, entonces subdirector del Instituto de España
en Londres, hacía frecuentes viajes a la península,
manteniendo pese a las distancias su papel de animador y pionero
intelectual del núcleo de ideólogos.
Siguiendo la apretada historia del equipo de "Arbor"
en estos años, relatada por Florentino Pérez-Embid
en la propia revista, puede detectarse la tardía toma
de conciencia del más importante núcleo de "ideólogos"
del Opus Dei y cómo ésta se realizó por
medio de tertulias, banquetes y en el Ateneo madrileño.
Decididamente, la Obra de Dios utilizaba los mismos medios
que la burguesía ilustrada en España, pero con
un siglo de retraso.
Respecto a "las tertulias", Florentino Pérez-Embid
reconoce que:
"El año 1949 nos trajo a los hombres de "Arbor"
la consolidación de una coherencia intelectual y una
coordinación de puntos de vista muy superiores a las
que con anterioridad habíamos tenido [...] La tertulia
de "Arbor", en Pinar 21, adquirió en 1949
una función clara y una constancia eficacísima
[...] No fue ajena a nada de esto la dirección intelectual
efectiva de Rafael Calvo, que - vuelto de Londres - sustituyó
a Raimundo Pániker en el cuadro oficial de dirección."[Pérez
Embid]
En cuanto a "los banquetes", se sabe que "el
9 de enero de 1951, un grupo de amigos de Arbor organizó
un banquete en homenaje a los seis colaboradores que durante
el año anterior habían alcanzado una cátedra
universitaria: Antonio Fontán, Enrique Moreno Báez,
Mariano Baquero Goyanes, Rafael Gibert, Ismael Sánchez
Bella y Josué María Jover; y a Rafael Calvo
Serer que acababa de obtener el Premio Nacional de Literatura
"Francisco Franco"[Pérez Embid]
La actividad que desarrolló el Opus Dei en el Ateneo
madrileño merece, en cambio, ser analizada más
despacio. Como señaló Pérez-Embid, "el
año 1951 centra para Arbor una nueva actividad fundamental.
Por iniciativa de la revista, el Ateneo de Madrid -presidente:
Pedro Rocamora- organizó dos cursos de lecciones sobre
"Balance de la cultura moderna" y "Actualización
de la tradición española", en los cuales
los hombres de Arbor encontraron la primera oportunidad amplia
para dar a conocer de manera sistemática, y en círculo
más extenso que el de la revista misma, el núcleo
de ideas que da fisonomía a la colección de
sus números"[Pérez Embid]
En efecto, con la salida de Ibáñez Martín
del ministerio de Educación nacional, en 1951, la actividad
del Opus Dei en el CSIC y en la enseñanza superior
se vio frenada por Ruiz Giménez quien, designado nuevo
ministro de Educación, impuso de nuevo los mecanismos
automáticos en los tribunales de oposición reduciendo,
al mismo tiempo, "las actividades extracientíficas
de algunos socios del Opus Dei. Escrivá había
dejado Madrid, instalándose en Roma en 1946. Alvaro
del Portillo y Salvador Canals habían precedido al
Fundador unos meses antes.
Encontrándose incómodo en su nido, habiendo
sido reconocido además en 1950 como Instituto secular
de Derecho pontificio, el Opus Dei apareció en la vida
pública de la dictadura por medio de más conferencias
en el Ateneo madrileño; aunque el gran salto, su verdadero
lanzamiento, se había realizado calladamente desde
1939, gracias a los recursos del CSIC y a sus tentáculos,
especialmente sus delegaciones en el extranjero.
4. El Opus Dei en la enseñanza
media
5. Los Colegios Mayores y la
Universidad de Navarra
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