"Te
fuiste y ya no nos sirves..."
Pepita , 7 de mayo de 2004
Al igual que muchisimos de ustedes tambien me fui de la obra
y mi experiencia ha sido muy similar, aunque con sus variantes,
que la de ustedes. Imaginense que fui compañera del
centro de estudios de Mary
cuando la subdirectora de ese mismo centro era Antonieta
(a quien conozco desde hace muchisimo años pues ella
era amiga de mis hermanos mayores y ademas me dio clases en
el colegio) ¿te acuerdas?.
La verdad es que la salida de Antonieta fue una bomba atomica
para las que con ella convivimos... no nos podíamos
creer que semejante "autoridad" agarrara sus maletas
y se fuera... ya se imaginaran. Todo en secreto sumarial porque
"hacia daño a las demas".
Cuando supe que te fuiste inmediatamente me dijeron que te
"encomendara" algo así como para pedirle
a la Santisima Trinidad que perdonara tu traicion... y por
supuesto no dejaron de darme la consabida advertencia disfrazada
de consejo familiar que "Dios es bueno pero tambien es
JUSTO" y que "a las personas que abandonan la vocacion
Dios se lo cobra quitandoles algo: un hijo, dandoles una cruz
muy dura, etc., etc., etc." Pues no se imaginarán
lo que esa frase ha significado y ha marcado mi vida!!! Hasta
hace muy poco tiempo todavia pensaba que me iba a matar en
cualquier carretera o que a alguno de mis dos hijos les iba
a pasar algo fatal!! Qué temor tan ARRECHO he sentido
y les confieso que ha sido la secuela más dura que
me ha dejado esta experiencia.
Bueno, paradójicamente vengo de una familia en la
que casi todos fuimos de la obra y casi todos nos fuimos (yo
fui la única numeraria) excepto mi mamá quien,
debo decirlo, fue una supernumeraria ejemplar. Y que aprendió
a ser madre por encima de ser supernumeraria. Esto lo digo
porque la vida la hizo darse cuenta de lo importante que era
dejar a un lado su "doctrina" para ser madre y entender
a sus hijos "a pesar de los pesares". Cuando decidí
irme y se lo dije me abrió sus brazos y aceptó
mi decisión dándome su apoyo incondicional y
respetándome en todo aunque le doliera en el alma que
yo "perdiera mi vocacion". Incluso, como yo vivía
en otra ciudad, preparó un cuarto de la casa especialmente
para mí y lo decoró bellísimo para que
yo me sintiera muy a gusto de nuevo en mi hogar. Creanme que
ella sí entendió de verdad la parabola del hijo
prodigo.
Pues bien, pase en la obra casi 10 años, y durante
los tres últimos me plantie irme innumerable veces.
Al igual que Antonieta
yo tambien fui tomada en cuenta para muchas cosas, incluso
tuve responsabilidades muy diíiciles para los pocos
años que tenía. Todavía no sé
cómo las enfrenté pero en el fondo, aunque a
golpes, me hicieron madurar mucho.
Vivi en una administracion durante un año y allí
fue mi primer descalabro emocional. Me sentia totalmente "fuera
de pote" (fuera de lugar) y lo dije innumerable veces
pidiendo casi a gritos que me queria ir de allí, porque
sentía que la obra me sacaba de mi sitio. Pase un tiempo
muy deprimida y con un conflicto interior al que nunca le
encontraba solucion pero al que siempre me daban una serie
de "razonadas sin razones" y un "no te preocupes
estás cansada, las cosas no son así, ya pasarán,
y bla,bla, bla" que me mantuvieron en la cuerda floja
un tiempo más. Sin embargo mi asidero más grande
eran mis estudios universitarios a los que defendí
a capa y espada. Tengo que admitir que profesionalmente siempre
me dieron la oportunidad de crecer y que mis estudios -aunque
no todas- los respetaron bastante. Sin embargo, yo en lo más
íntimo de mi alma sabía que no estaba dispuesta
a dejar a un lado mi profesión para dedicarme a las
labores internas. Solo pensar en que me tocara ser la directora
del centro y tuviera que vivir en la encerrona, me descomponía
la vida, así es que cuanto más se acercaba mi
hora de terminar mis estudios universitarios y de comenzar
a trabajar, más sabía que la cosa no iba a prosperar.
En el fondo admito que no estaba dispuesta a esa entrega!!.
Cuando decidi irme, después de pasar unos dos últimos
años pidiendo ayuda a gritos porque no era feliz, lo
dije abiertamente y por supuesto me hicieron hablar con cuanto
ser me pudiera convencer de que estaba tomando la decision
equivocada. Me ofrecieron que viviera sola, me dijeron que
estuviera tranquila pues siempre sería de esas numerarias
que trabajan en la calle, etc., etc., etc. Sin embargo yo
estaba decidida a buscar la felicidad que no encontraba allí
adentro, decidí que quería dejar de llorar y
ser feliz a cuenta de lo que fuera.
Lo más bonito que me llevé de esos años
fueron las amigas que hice y que aún conservo (las
que no eran de la obra) mientra estuve allí. Y lo más
triste ha sido saber que una vez que me fui ya "no serví,
ni fui útil" para ellas, a pesar de haber dejado
mis años de juventud sacando adelante "su labor
apostolica". Creanme que me quedó un sabor de
"te fuistes y ya no nos sirves" y así como
a muchos de ustedes pues me negaron el saludo y le dijeron
a algunas de mis amigas que yo les "haría daño".
Del centro me tuve que ir de madrugada y a escondidas, "para
que nadie se diera cuenta, sobretodo las vocaciones recientes"
y por supuesto nadie se paró en la puerta ni siquiera
para decirme adiós. Sólo una numeraria del centro,
a la que siempre se lo agradeceré, la noche antes fue
a mi cuarto y me dijo que me encomendaría mucho y me
deseó suerte. Esa sí fue para mí caridad
de la buena. Finalmente metí mis cosas en el carro
y adiós!!!... literalmente me fui como un "polizon".
Al igual que ustedes me fui sin nada y llegué a mi
casa sin nada, bueno, con lo poco que tenía. Mi mamá
se impresionó del estado en el que estaba mi ropa y
nunca pudo entender por qué me habían dejado
irme así. Esta "caridad" nunca la entenderé,
las que un dia fueron mis "hermanas" al otro fueron
mis peores inquisidoras. Creo que muchas de ellas nunca han
entendido el verdadero sentido del amor y de la amistad. Ven
a las almas con un sentido utilitarista y ya. A pocas realmente
les importan en el "fondo".
Finalmente, para mí han pasado los años y al
poco tiempo de irme me casé con un tipo espectacular
que Dios tenia guardado para mí. Como decía
mi mamá, ese era el regalo que Dios me tenía
reservado en agradecimiento a mis años de entrega y
de servicio en el opus dei, porque Dios sí que sabe
de amor. Hoy en dia, estoy felizmente casada y tengo dos hijos
varones quienes, al verlos, me gritan lo acertada que fue
mi decision de irme de la obra. Definitivamente ese no era
mi camino aunque ellas piensen lo contrario. En esta etapa
de la vida he aprendido a superar esas secuelas "pos
- Opus Dei" que tanto marcaron mi vida y he decidido
quedarme con lo bueno y desechar lo malo. Yo si soy de las
que piensa que recibí muchas cosas buenas pero definitivamente
tanta "ortodoxia" deforma las conciencias. Los que
nos hemos ido sabemos que la vida "afuera" se ve
con matices distintos y es realmente distinta y que, al final,
es mentira que los que estan adentro "estan en medio
del mundo y son iguales a los demas"... si no, quién
me explica por qué yo fui el unico ser extraterrestre
que iba en falda a la universidad????. Todos mis compañeros,
compañeras y profesores pensaban que yo era evangélica!!!!
Y díganme el rollo para explicar por qué no
usaba pantalones. Ni yo misma entendia aquellas razones de
"feminidad" que tanto me daban.
Bueno queridos amigos, quedémonos con lo bueno y desechemos
lo malo de esta experiencia de vida que nos toco vivir. Al
final creo que asi seremos mejores personas.
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