SER
O NO SER
(A los que piensan que el Opus Dei cambiará)
Enviado por Flavia el 3 de septiembre de
2003
Quiero aclarar que a mí me encantaría que eso
fuera posible, no estuve ahí el tiempo que estuve,
ni pasé lo que pasé para no desear que las cosas
en el Opus Dei hubieran sido distintas, o pudieran ser distintas.
El problema es que pensar en una reforma REAL en la Obra,
implica no comprender qué es el Opus Dei, y, debo decir,
que no es sencillo comprender qué es el Opus Dei, pero
ahí está el secreto de todo este asunto y de
todas estas desventuras; también ahí, en saber
qué es el Opus Dei, está el fundamento para
poder superar lo vivido por los ex miembros, y para quienes
han sido damnificados de diversos modos por la Obra, más
allá de que esta comprensión sea explícita
o implícita.
Ramiro
ha hecho el catálogo de los "cambios" del
Opus Dei en su mensaje, no los voy a repetir, pero la cuestión
no reside en si esos "cambios" son accidentales
o sustanciales por sí mismos, el tema es si nos ponemos
de acuerdo en qué es lo sustancial y lo accidental
en el Opus Dei.
Insisto en que lo sustancial del Opus Dei es inmodificable,
como en cualquier institución, si cambiamos los sustancial
se termina esa intitución como tal. Lo cual viene a
poner sobre la mesa el problema fundamental: es lo sustancial
del Opus Dei lo que es nocivo, lo que resulta ser una contradicción
caminando respecto del Evangelio y de la Tradición
de la Iglesia, al mismo tiempo que el Opus Dei se postula
como una institución de la Iglesia Católica.
Debo recordar que, aún admitiendo que Dios hubiera
inspirado en Jose María Escrivá la fundación
del Opus Dei, no puede atribuírsele, a Dios, se entiende,
el haber querido la Obra tal como la llevó adelante
Escrivá, ni que ésta permanezca por los siglos
de los siglos; por la sencilla razón de que no podemos
identificar la voluntad humana con la Voluntad Divina, en
ningún caso. Cuando esta identificación se consuma,
los resultados son desastrosos, lo podemos ver a lo largo
de la historia. Ésto ha estado siempre en la doctrina
de la Iglesia, la voluntad de Dios es inescrutable, y la senda
para estar en su presencia está Revelada en la Sagrada
Escritura, en la que Dios ha hablado.
Cuando salí de la Obra, me acerqué inmediatamente
a instituciones eclesiales, por mis propias inquietudes, por
una convicción muy acendrada, que después me
expliqué mejor a mí misma, de que Dios me había
sacado del Opus Dei, y que el Opus Dei y Dios eran definitivamente
diferentes.
Mi problema no fue con la Iglesia sino con el Opus Dei, asumiendo
las luchas (interiores y exteriores) inherentes a mi experiencia
eclesial, como las de cualquier ser humano que se hace responsable
en conciencia de sus opciones, pero sin compararse jamás
en lo "sustancial" con mi experiencia de la Obra
en la que casi dejo el "cuero".
En todo caso, mi vida eclesial de estos años, que
tuvo momentos duros, me dió los instrumentos para sobrellevarlos:
una espiritualidad que me hace sentirme "unificada"
para poder vivir con libertad desde Dios, y muchos hermanas
y hermanos que no me han faltado cuando ha hecho falta, como
yo no les he faltado a ellos.
Vuelvo al tema central, para ver si me pueden contestar quienes
piensan que la obra puede cambiar:
- ¿porqué el Opus Dei permite que los laicos
lean la Epístola, pero no elimina la categoría
y el rol de las "numerarias auxiliares"?,
- ¿me puede explicar por qué los curas salen
sin sotana a la calle, pero los socias/os del Opus Dei no
pueden confesarse con sacerdotes de "fuera", ni
participar activamente de la vida de las diócesis,
ni las de la sección femenina tratar con naturalidad
a sus hermanos sacerdotes,
- o ¿porq ué los sacerdotes de la Obra siguen
siendo ordenados sin otro discernimiento que la voluntad del
superior que así lo ve?.
- o si me dice ¿por qué las de la sección
de mujeres usan pantalones, pero esa módica libertad
no se refleja en la charla fraterna, en la que una queda reducida
a ser el gendarme de sí misma, y en donde la conciencia
personal se extingue por inanición?
- o si me puede demostrar que los criterios y la praxis,
más allá de dónde o cuándo se
lean, no rigen más la vida efectiva de los socios/as.
Éstos son sólo algunos elementos de las cosas
sustanciales de la Obra que no han cambiado, pues de modos
diversos expresan problemas centrales del Opus Dei, que he
intentado contraponer a los "cambios" que plantean
algunos.
Lógicamente en algún momento los nacidos a
partir de 1975 tendrán roles de gobierno, por cuestiones
generacionales, o porque no hay otros. Personalmente, no creo
que una "nueva generación" cambie nada, sino
ya habrían cambiado cosas en el paso de "los universitarios
a los tecnócratas" y de los "tecnócratas
a los hombres de partido".
Estamos otra vez en el centro de la marisma, aquí
el asunto es la naturaleza misma del Opus Dei que se concreta
en una esfera muy definida de problemas, expuestos en abundancia
en esta WEB, y que podrían ser puntualizados y sistematizados.
Otra opción para comprender el punto de vista de Ramiro,
es saber qué es lo esencial del Opus Dei para él,
tal vez nuestro desacuerdo parta de ahí.
En lo personal, mi mayor problema no fue que los curas usaran
sotana, o que las numerarias y agregadas no usaran pantalones,
o que los laicos no participaran de la liturgia, o cuántas
veces leyeran la praxis (sino los contenidos de ésta
y que la aplicaran fanáticamente). Todos éstos
pueden ser elementos que apunten al conservadurismo del Opus
Dei, pero no lo "saldan" en su identidad.
El problema fue la captación de mi persona en el inicio
de mi adolescencia, la manipulación de la conciencia,
el hipercontrol de la vida, la instrumentalización
de la fe, la deformación de la afectividad, la imposibildad
de crear espacios de libertad interior, la fraternidad convertida
en disimulo, la supresión de la búsqueda de
la verdad en favor de un dogmatismo estéril, el clasismo
y la superioridad como criterios de selección y autocomprensión
de los miembros, el atropello de la intimidad de las personas,
la instrumentalización de la amistad y del acompañamiento
espiritual bajo el nombre de proselitismo, en definitiva,
la despersonalización y la mentira en diferentes ámbitos,
como fundamento de la existencia y el funcionamiento de una
institución. Podría seguir, y podría
explicar cada ítem, y supongo que muchos de los que
frecuentan esta WEB podrían hacerlo.
El día que estas cosas cambien, o puedan ser cuestionadas
abiertamente, y con posibilidades de revisión, diré
que el Opus Dei puede cambiar. Pero, claro, ya no será
el Opus Dei, será, como dije antes, otra cosa, que
no reconocerá como fundador a Jose María Escrivá,
ni como antecesores a quienes han sostenido al Opus Dei todos
estos años, y nosotros, no seremos ex miembros de esa
institución.
Nosotros somos ex miembros del Opus Dei... otra cosa que
no puede cambiarse, con todas sus consecuencias: sabemos de
qué hablamos, lo hemos vivido, sabemos que hay que
trabajar mucho, y cada cual según su singularidad,
para cambiar lo que el Opus Dei hizo en nosotros, hizo de
nosotros. Como siempre, la verdad es más difícil
que el conformismo o la falsedad, pero también es la
esperanza de poder vivir, vivir "de verdad".
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