Hijos
biológicos en el Opus Dei: los últimos de la
fila
LIB, 19 de julio de 2004
Al leer las primeras líneas de la página www.opuslibros.com,
en las que los orejas van enumerando las distintas formas
de "estar" y relacionarse con la obra, echo de menos
el apartado al que pertenecezco, junto con otros muchos: los
hijos de supernumerarios.
Siguiendo el hilo del texto, en mi caso, siempre me quise
ir, nunca quise entrar, unas cuantas veces necesité
apoyo, nunca llevaría a mis hijos a un colegio del
o-pus, siempre busqué información porque quería
saber la verdad de los que estábais dentro en lo "jondo".
La cuestión es que, sintiéndome dentro de la
cosa en el día a día de las relaciones familiares,
como no he pedido ni firmado nada para entrar, pues eso, que
no puedo salir. Lo que daría yo por poder ser una "ex"....
Soy hija de supernumerarios de los de antes, de los de muchos
hijos (no como los de ahora que con 3 ó 5 se dan por
cumplidos). Gracias a Dios para mí,y por desgracia
para ellos (ambos 2), una hija díscola, soberbia, irrespetuosa
con las cosas del yasabéis, orgullosa, un mal ejemplo...
En definitiva, un ente pensante autónomo que primero
por simple intuición y, ya adulta, con todo el peso
de la Razón, se negó a andar y andar el Camino.
Y no es nada fácil. Pagas con querencias o arrastras
carencias de cariño que los hijos reciben de forma
natural de sus padres.
Si son sectarios los modos con los que la opus separa a los
socios numerarios/as de su familia de sangre, ¿cómo
calificar ese poder manipuladoramente afectivo que los supernumerarios
ejercen fríamente sobre sus hijos adolescentes, jóvenes
e incluso maduros? (los abuelos gior, los de la pasta big
money).
Somos los hijos de la TROPA supernumeraria, los últimos
de la fila en la compartimentada jerarquización opusina,
los últimos y a la vez su fibra alimentaria básica:
el opus dei devorando a sus hijos, como hacía el dios
Saturno con los suyos (mitologia/realidad). Los padres del
opus dei PRIMERO son se sienten opus, y están muy orgullosos
de ello, y después muy después padres de hijos
destinados a la mayor gloria del Don.
¿Que a oídos poco conocedores de la trastienda
de la o-pus puede resultar todo esto exageradamente fuerte?
Sí, pero todo encaja en ese cerrado mundo de dei: si
para los socios numerarios/as, sus padres y hermanos de sangre
pasan a ser su SEGUNDA familia, ¿por qué dispensa
especial los hijos de supernumerarios no han de ser para ellos
también su SEGUNDA prioridad?
Y es que al final la OPUS, como el BURRO, ¡siempre
delante pa que no se espante!
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