UNA
GRAVE PATOLOGÍA DEL CRISTIANISMO
JERÓNIMO, 7 de octubre de 2004
No soy partidario de escribir con frecuencia en la web aunque
la siga a diario desde hace más de un año. El
hecho de no haber sufrido directamente en mis carnes los males
de la obra me aconsejan permanecer en el nutrido grupo de
lectores silentes. De lo dicho no se deduce que todo me resulte
indiferente. En contacto con vosotros he aprendido mucho y
me siento muy solidario con la inmensa mayoría, en
especial con los responsables de la web (ya saben de mi apoyo
incondicional) y con aquellas personas que más han
sufrido. Algo nuevo está engendrando la sociedad red
al poder decir sin sonrojarme que os he cogido mucho cariño
sin conoceros personalmente.
A mí no me cabe la menor duda: Estamos (¿habría
que decir "nos enfrentamos a"?) ante una grave patología
del cristianismo. Una, dos, o tres personas dañadas
por una manera de entender el cristianismo serían suficientes
para alarmar a cualquier institución seria. Cuánto
más cuando son tantas y tantas las que afirman haber
sido perjudicadas. Me parece fuera de lugar seguir discutiendo
acerca de las bondades de la institución. Estoy de
acuerdo con Pablo,
la obra está viciada de raíz, perjudica seriamente
a los miembros y al conjunto de la Iglesia.
La actitud de la jerarquía de la Iglesia Católica
me parece vergonzosa y cobarde. Muchos obispos (cerca de 2.000,
creo) apoyaron en su día la beatificación del
fundador, mientras algunos en sus diócesis hablaban
pestes de la obra con el resto de sus curas (soy sacerdote
y profesor de teología en un seminario). En su día
pudo tener alguna justificación, la mayoría
desconocíamos lo que sucedía dentro. En aquellos
tiempos las escasas voces heroicas de los ex miembros habían
sido rápidamente silenciadas e injuriadas. No se les
escuchó. Pero hoy las cosas han cambiado, en parte
gracias a la web, a sus testimonios
y correos
y a la publicación de los documentos
secretos. Hoy sabemos y los obispos -algunos de ellos
lectores anónimos de la web- también saben.
No podemos ni debemos callar. Y, sin embargo, callamos.
Sucede que la obra se ha cuidado mucho de inocular en los
ex miembros y en quienes nunca lo hemos sido el virus del
miedo (¿habría que decir "terror"?).
Yo oculto mi identidad detrás del anonimato y la mayoría
creo que también por miedo a morir socialmente de manera
indigna. Tengo mucho miedo. Conocemos sus métodos de
desprestigio, de injurias de todo tipo, de perjuicios posibles
para nosotros y nuestras familias. Herederos de la más
genuina tradición totalitaria son capaces de cualquier
cosa. Quien dude de esta afirmación puede y debe leer
detenidamente algunos Libros
silenciados y bastantes Testimonios.
De momento el anonimato nos beneficia, evita personalismos
y da total libertad para que puedan explayarse los damnificados.
Pero no lo podremos mantener indefinidamente.
La obra atacó a opuslibros llevándola a juicio
en un intento por silenciarla. Volverá a hacerlo cuando
tenga la más mínima oportunidad. También
es y será atacada desde dentro aprovechando todo tipo
de argucias, tanto por gente ineducada como por otros con
buenos modales. Las sociedades abiertas -esta web, por ejemplo-
donde caben todas las opiniones y son respetados los derechos
conculcados por la obra, son muy vulnerables. Al decir de
los analistas, las democracias (Marcel Gauchet) pueden morir
de éxito o por falta de tejido social. Sería
un error considerar la libertad adquirida a duras penas como
una conquista definitiva. Cuatro elementos me parecen imprescindibles:
la participación activa, la unidad y defensa de unos
valores comunes, la creación de asociaciones civiles
y la exclusión mediante un mínimo de normas
de todos aquellos que desearían silenciar la libertad.
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