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DRAMA SILENCIADO
(Hijos de supernumerarios)

Xavier, 2 de noviembre de 2003


El nuestro es un drama silenciado y poco conocido. Los hijos de supernumerarios que no hemos "pitado" ni siquiera podemos comprender qué es lo que no funciona hasta que somos adultos, y entonces ya es tarde para poner remedio. Además rara vez disponemos del equilibrio personal y de la formación universitaria necesaria para poder entender y definir "qué ha pasado" y poder evitarle a otros nuestras desgracias.

En el peor de los casos ese drama pasa por "Proyecto Hombre", institución en la que cualquier familia con dinero o "de la casa" puede sacarse de encima a los familiares indeseables que ya no les acogen nuestros centros psiquiátricos públicos. He conocido algunos casos. Y luego la Liga de Fútbol juega un partido contra la droga para recaudar fondos para esta institución. Yo he conocido ingresos en Proyecto Hombre hasta de supuestos alcohólicos, tengo entendido que ni los propios médicos del opus quieren hacerse cargo de la salud en algunos de estos centros "de la casa" para desgraciados inadaptados. Tras una supuesta recuperación por la gracia de dios y de la estampita algunos ingresados en estos centros pasan a centros de numerarios. La única terapia que se aplica en los centros de Proyecto Hombre es la de insertar al paciente en el mismo ritmo de vida de un centro de numerarios, la única terapia es darles salvadora y terapéutica formación espiritual (y prisión). La secta no solo salva, si no que además cura toxicomanías con métodos médicos milagrosos que alcanzan (según ellos) el 95% de éxitos.

Lo más habitual para los que no pitamos es el ser continuamente echados (el famoso "si no te gusta te largas"), excluidos y el padecer continuo acoso y moving. Lo más habitual es que carguemos con su frustración y seamos responsables de su infelicidad. Lo más habitual es que seamos demonizados, todo lo que no pertenece a la secta tiende a ser demonizado y suele ir fatal. Lo más habitual es que conozcas unos chicos y chicas que se mueren por recibir algo de aceptación y cuya auto-estima fluctúa rápidamente entre la sobre y la infra utilización. Varios de los homeless institucionalizados de las Ramblas de nuestra ciudad provienen de familias del Opus Dei.

Es bastante habitual también el ingreso en otras sectas buscando la aceptación que nos fue negada, en otras estructuras similares a las que vimos en nuestro entorno familiar. También es habitual el abandono del hogar y la pérdida total de relaciones a los 18 años. A más de uno acogí en casa que se había venido a Barcelona huyendo de su familia (o del opus dei que dicta las normas de vida y las costumbres en su familia). Podría citar bastantes casos con los que he entrado en contacto casualmente sin pretenderlo o andar buscando información, el tema me parece bastante poco estudiado y conocido. Sé de sentencias judiciales en las que por orden del juez los padres supernumerarios están obligados a pasar manutención a los hijos que se han marchado hasta que terminen sus estudios. A nadie parece llamarle la atención este macro drama de multitud de jóvenes.

Una de las cosas que mas me chocaban viviendo con mi familia del opus es la imposibilidad de comunicarme con ellos. Si tenía que discutir algo no estaba discutiendo con ellos, estaba discutiendo infructuosamente con las consignas emitidas por el opus dei o con lo que les había dicho o mandado sus directores o mandos del momento.

Otra de las cosas que me llamaban la atención es la increíble capacidad de negar las evidencias y de olvidar los hechos. Te han insultado, agredido y echado de casa y al día siguiente te tratan con el máximo cariño como si nada hubiera pasado, quizás es que ya se habían confesado. Así día tras día. Así en una y otra familia del opus dei, por lo que he visto o me han contado otros hermanos corderos.

La negación de la realidad y de las evidencias esta directamente relacionada con las creencias sostenidas. Y los del opus CREEN que apoyan y defienden la institución familiar, son incapaces de observar las evidencias y corregir el rumbo de su institución. O eso o, lo que es peor, son conscientes del daño que hacen para obtener sus miserables beneficios espirituales y económicos en su miserable negocio de almas.

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