CAMBIOS
EN EL OPUS DEI
N.N., 15 de octubre de 2003
Leyendo vuestras páginas, la polémica sobre
si el Opus Dei cambiará o no, me entero con gran sorpresa
de algunos de esos cambios, llamados "menores":
los pantalones de las numerarias, lo de leer la Epístola
en iglesias públicas y hasta en los oratorios internos....
Yo viví plenamente los últimos años
de Escrivá y los primeros de su sucesor. Vi crecer
la paranoia de la "fidelidad", de la ortodoxia rigurosa,
del cerrojazo intransigente en todo, del desprecio apenas
disimulado por el Vaticano II, por Pablo VI... Se nos hacía
creer que nuestra posición era la única posible,
porque era la expresion de la verdad. Que no debíamos
jamás subir al presbiterio porque eso era de monjas
o de gente clerical, poco laica, y por tanto, atacaba de pleno
a nuestro espíritu laical. Se llegaba a ver como negativo
que una persona a quien se trataba de "pescar",
lo hiciera... era como que perdía puntos...
Me gustaría saber cómo han llegado a justificar
semejante giro copernicano. Si en mis tiempos alguien lo hubiera
sugerido, le hubieran cosido a correcciones fraternas, hubieran
enviado una nota a Delegación y habría quedado
señalado como "de espíritu poco fiable".
Eppur si muove! La propia Iglesia católica ha cambiado,
ha rectificado su condena a Galileo (¡tres siglos en
el lndice de libros prohibidos), y se ha liberalizado en parte.
El Papa actual dice cosas que le hubieran valido la hoguera
en tiempos de Galileo. No es exageración. En el siglo
XVIII se reunieron unos obispos en Pistoia (Italia) y afirmaron,
entre otras "aberrraciones", que el papado sería
mucho más libre si no tuviera poder temporal. Fueron
excomulgados por muchas cosas y en concreto por ésta.
Menos de dos siglos después, el Papado sancionaba esta
idea con la firma de los Pactos de Letrán, entre Pio
XI y Mussolini. Y bien contentos que están con ellos.
Podría poner muchísimos ejemplos más
sacados de la moral, de la teología o de la historia.
Eppur si muove! La Institución más dura, más
correosa y más prestigiosa de la Iglesia, la Compañía
de Jesús, ha pegado un cambiazo que no la conocería
ninguno de los jesuítas de hace un siglo.
Eppur si muoverá. El Opus Dei está sometido,
como todo en este mundo, a las leyes de la historia, del desgaste,
del oportunismo y de la inercia existencial. Instituciones
de la Iglesia, como los jesuitas, mucho más antiguas,
con muchas más inercia, se han tenido que adaptar,
(y bien que les ha costado). La única diferencia es
que esas instituciones de las que hablo, han tardado siglos
y el Opus Dei poco más de cincuenta años.
El motor del cambio será el "instinto de supervivencia".
La decadencia en que ya está sumida la Obra se irá
acentuando. Con eso y con la desaparición física
de los restos de la primera generación... cundirá
el pánico. Harán lo que sea antes de verse sumido
en una crisis como la de los seminarios diocesanos actuales.
Hasta perder los papeles.
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