A los
que nunca fuisteis (del opus), gracias y perdón
GATA4, 19 de julio de 2004
Hace unas semanas coincidí con mis padres fuera de
nuestras ciudades habituales. Ellos comenzaban sus vacaciones
allí, yo las terminaba. Solamente era un día.
No pude cenar con ellos por una cita previa con unas amigas.
Una de ellas ex del opus, la otra por suerte no llegó
a entrar en la obra. Por suerte para ella y para todos menos
para el opus que no sabe lo que se perdió.
Hace ya muchos años que yo no soy del opus pero mi
madre sigue alerta. Eran personas que ella no conocía
y al día siguiente me preguntó de dónde
venía la amistad. Yo, que a estas alturas no quiero
hacer sufrir a nadie, reinventé la historia y pasamos
a ser antiguas compañeras de universidad.
Este es uno de los daños colaterales de la prelatura.
El daño a nuestros seres queridos. Mi madre, y no creo
que sea la única, está pendiente de que no volvamos
a tener ningún contacto con la institución.
Que no nos vuelvan a hacer sufrir. Controla los colegios a
los que llevamos a sus nietos, muy pequeños todavía
pero para estas cosas nunca es pronto. Hicimos daño,
no solo la obra y sus miembros de entonces o de ahora, también
nosotros cuando estábamos, a nuestros familiares y
amigos.
Siempre resulta difícil escribir aquí. Me resulta
complicado poner palabras en fila, una detrás de otra
para escribir la prosa de lo que fue y continúa siendo
el opus en mi vida. Hay por aquí algunos que incluso
se atreven y ponen las palabras en columnas y hacen poesía
de su paso por el opus Dei. No es mi caso, bastante tengo
con acertar con las palabras para cada pensamiento. Especialmente
es difícil expresar los sentimientos. ¿Cómo
rayos doy yo las gracias a esos amigos, familiares, que estuvieron
antes, durante y después tan cerca? ¿Cómo
les pido perdón por el daño causado?
Gracias, gracias de todo corazón por estar ahí
siempre. Antes de cometer la locura de pedir la admisión
al opus Dei estabais avisándonos de que no era bueno
para nosotros pero como siempre respetando nuestras decisiones,
también ésta que veíais tan equivocada.
Nos hicisteis saber y sentir que ibais a estar con nosotros
pasara lo que pasara. Que la amistad es así. Que si
un día pensábamos que eso no era para nosotros,
no iba a haber reproches, solo vuestro cariño.
Mientras estábamos en la locura, gracias y perdón.
Sobre todo perdón. Perdón por lo que os hicimos
pasar. Por no deciros toda la verdad de lo que estábamos
haciendo. Por abusar de vuestra amistad para acercaros al
opus. Por ser intransigentes. Por no escucharos. Por no estar
cuando nos necesitabais. En definitiva, por dejar de ser amigos
vuestros.
Especialmente perdón "a los que empujamos a entrar".
Muchos como nosotros también estáis dando gracias
a Dios porque un fantástico día decidisteis
iros. Los que seguís allí, tenemos una deuda
pendiente. Sabed que si no sois felices, aquí estamos.
Para todo.
Gracias por vuestra comprensión durante esos años.
Por seguirnos el juego. Por poner las dificultades justas,
las imprescindibles. Sabíais que si nos lo poníais
muy difícil nos íbamos a alejar de vosotros.
Sabíais que algún día os necesitaríamos
y queríais estar cerca. Y tragasteis. Tragasteis con
novenas, "funerales de estado por el más grande
entre todos los fundadores" ("Papas ha habido muchos,
fundadores del Opus Dei, solo uno"), donaciones para
labores apostólicas o regalos al prelado
mientras
pensabais: estos, con lo listos que parecían y ¡como
los tienen engañados!
Y después
ahí si que ya no hay forma
de agradecerlo. Nos acogisteis, nos abrazasteis, nos escuchasteis
sin más, sin broncas, sin ya te lo decía yo.
Y seguís aquí. Ahora ya brazo con brazo, en
el mismo lado. Ya podéis contar con nosotros, nosotros
y vosotros volvemos a ser nosotros. Los amigos de siempre.
Los buenos amigos de siempre.
Llevo unos días pensando que faltáis vosotros.
Sí, en opuslibros, en Orejas en terminología
saturnina, faltáis vosotros. Y la culpa es nuestra.
Nos volvemos a mirar el ombligo y nos olvidamos de vosotros.
A medida que vamos descubriendo la Web, se lo decimos a las
personas que un día estuvieron en el opus. Les decimos
lo interesante que es y lo que les puede ayudar como nos ayuda
a nosotros.
También se lo decimos a los que siguen dentro para
que contrasten opiniones, para que nos digan si algo de lo
que aquí se dice es mentira. Para que si es verdad,
reflexionen y hagan algo por cambiar o
tomen la decisión
que crean oportuna. No, no los "empujamos a salir",
eso ya lo hemos aprendido, que cada uno tome sus propias decisiones,
que ya vamos siendo mayorcitos.
Pero a vosotros os dejamos entonces de lado. No nos acordábamos
de vosotros. O si lo hacíamos, pensábamos que
mejor dejarlo estar. Que ya os hicimos sufrir bastante. No
nos damos cuenta que también sois victimas, que también
necesitáis ayuda. Recuerdo una novela de Belén
Gopegui, "Lo Real", es reciente del 2001 pero habla
de finales de los 70 y de los 80 y refleja perfectamente cómo
el opus marca la vida de todos los que al menos lo rozan.
Pues bien, creo que debemos informaros que aquí también
hay sitio para vosotros, que nos alegraría que nos
contarais cómo veis el tema. Cómo lo habéis
visto y cómo os ha afectado y ayudadnos y dejar que
os ayudemos. Colaborad como sea, directamente o en zigzag,
nos daríais una mayor amplitud de miras. Como siempre.
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